No está claro si es por su afán por categorizar las cosas o por la mente racional preparada para diseñar procesos de máxima eficacia, pero el sexólogo avilesino Iván Rotella cree, en base a su experiencia trabajando con todo tipo de perfiles profesionales, que los varones ingenieros necesitan más explicaciones para entender cuáles son los objetivos de las pautas que deben seguir en terapia sexológica.

"Los ingenieros me exigen un mayor esfuerzo para clarificar qué sentido tienen las diferentes tareas que les pido, ya que no acaban de ver qué objetivo persiguen. Necesitan hacerse una idea mucho más elaborada que otras personas", aseguró ayer el coordinador del Centro de Atención Sexual de Avilés en la conferencia de clausura del curso de verano "Sexología: amores, identidades y educación sexual". Ojo, porque se trata de un diagnóstico que solo afecta a los hombres. "Esto ocurre con los ingenieros, no con las ingenieras; hay que diferenciar", afirmó. El asunto no debe ser baladí, porque Rotella preguntó incluso a la audiencia si creía que el asunto merecía una investigación académica.

La afirmación despertó carcajadas, pero también preguntas. "¿Es en serio?", le dijeron algunos de los alumnos. "Sí, totalmente, pero no sé a qué se debe. De todos mis pacientes los ingenieros son los que más pegas ponen", señaló. Rotella detalló que en algunas de sus terapias, cuando afronta el diálogo con una pareja con problemas, al plantear "otras alternativas al coito como la masturbación en pareja, por ejemplo, hay personas que son reacias a prescindir del coito aunque este les esté dando problemas".

La tesis quedó como la anécdota de una sesión en la que los impulsores del curso universitario avilesino (de gran prestigio nacional en el ámbito de la sexología) analizaron los diferentes servicios que puede ofrecer un asesor sexual.

Lo más habitual en las consultas sexológicas es que acudan parejas, no sólo para solucionar problemas sexuales sino también para atajar conflictos en todos los aspectos de su relación. Rotella sostiene que cuatro son los pilares para el éxito de las relaciones: comunicación, confianza, respeto y erótica. "Si alguna de estas piezas falta probablemente ya no estemos hablando de una pareja", aseguró.

Cuando existe un problema en la pareja son las mujeres las que primero lo afrontan. "Por lo general, mientras las chicas buscan ayuda a los 5 o 6 meses de detectar un problema, los chicos podemos tardar hasta 4 o 5 años en reconocer que existe", añadió.

El 85 por ciento de los casos que pasan por la terapia de Rotella son parejas, mayoritariamente heterosexuales. "Trabajar con parejas homosexuales es más fluido", sentenció el sexólogo para explicar que las relaciones entre hombre y mujer son más difíciles por las diferencias psicológicas que existen entre ambos sexos. También supone una dificultad a la hora de la sesión el hecho de que la pareja esté enamorada. "El amor en la consulta me estorba. Preferiría personas que no estuvieran enamoradas, pero eso sería muy difícil".

En cuanto a las consultas individuales, el 5 por ciento suelen ser mujeres que en su mayoría presentan problemas como anorgasmia o falta de deseo. Y el 10 por ciento son hombres que van al sexólogo para solucionar problemas de erección o eyaculación precoz.

Las terapias sexológicas, que suelen ser breves, no se centran en trabajar exclusivamente temas relacionados con la respuesta sexual, si no con todo lo que tiene que ver con relaciones personales: la intimidad, la forma de relacionarse, las discusiones, las rutinas, los repartos de tareas... "Dentro de la educación sexual integral hay una gran parte que tiene que ver con las emociones humanas; tenemos que aprender a manejar las sensaciones del amor, y eso es algo que nadie nos enseña", sentenció.