La película "A esmorga", basada en la novela homónima de Eduardo Blanco Amor (un clásico de las letras gallegas), llenó durante dos meses y medio, en todas las sesiones, las salas de cine de Galicia: más de sesenta mil espectadores. Y también tuvo éxito en varias ciudades españolas, compitiendo con títulos de la machacadora industrial estadounidense. Es el último gran éxito del cine gallego, pero aún no se ha visto en Asturias. La paradoja de una vecindad geográfica que se traduce, como es el caso, en que cada una de las dos comunidades parece ignorar lo que pasa en la vida cultural de la otra. El director del filme, Ignacio Vilar, tiene previsto presentar hoy el filme en el Centro Municipal de Pumarín, en Gijón, a partir de las siete de la tarde, en compañía de Víctor F. Freixanes, director de la editorial Galaxia. "También con nuestras propias historias podemos llenar las salas de cine", aseguró ayer, en compañía de los escritores en asturiano Xosé Nel Riesgo (es también director de la Fundación Municipal de Cultura de Gijón) y de Humberto Gonzali (uno de los responsables del apartado literario del Festival Arcu Atlánticu).

"A esmorga", traducida al castellano como "La parranda", es lectura obligatoria en los institutos gallegos. El asturiano Gonzalo Suárez hizo su versión en 1977. Contó con un elenco de lujo: José Sacristán, Antonio Ferrandis, Fernando Fernán Gómez o José Luis Gómez. Para "A esmorga", Vilar ha dispuesto de un inmenso Karra Errejalde, junto a otros actores como Miguel de Lira o Antonio Durán "Morris". "A mí la película de Gonzalo Suárez me gusta, pero no está en el idioma (el gallego) y él la trajo a Asturias", indicó Vilar, para quien su propuesta está hecha "desde dentro" mismo del texto de Blanco Amor. El escritor, fallecido en 1979, escribió curiosamente esta obra mayor en su exilio de Buenos Aires y situó la trama (una fábula de la sordidez) en Auria, un trasunto de su Orense natal.

Vilar, orensano también, pone el foco en esa misma ciudad y en los años cincuenta, en pleno franquismo. Rodó en invierno y sufrió las condiciones de ocho ciclogénesis. "Creo que la luz y el ambiente están captados", señaló. Karra Errejalde aprendió gallego para hacer este filme que hoy se proyectará en versión original, con subtítulos en castellano. "Es una película dura, pero los espectadores salían de los cines orgullosos de la obra, según me decían", contó el director de "A esmorga". Y ¿por qué? "Pues porque el cine gallego llenaba las salas comerciales", respondió. Para Vilar, un veterano de la cámara, resulta inquietante que los europeos desconozcamos el cine que se hace en el Viejo Continente. Y explica su concepción del hecho fílmico: "Quiero que el espectador se emocione".