Crear un mundo de ficción es difícil y más si se pretende trasladar ese mundo de fantasía a una mesa en la que dos o más razas de figuritas se enfrentan entre sí en una verdadera guerra. Este es el universo fantástico de Warhammer 40k, que Ian Watson y Dan Abnett acercaron ayer a los asistentes del auditorio de la Casa de la Cultura, reunidos por la organización del Festival Celsius 232, que estos días convierte Avilés en la capital de la ciencia ficción y la fantasía.

"En 1990, el propietario de Games Workshop contactó con varios escritores para que escribieran novelas sobre el universo Warhammer 40k, de forma que a las miniaturas de plomo se les confiriera una personalidad y una historia detrás de ellas", explicaron ayer ambos escritores, que se sumaron así a un proyecto que suma realidad y mentira, como las propias figuras del Warhammer 40k, un juego de miniaturas de estrategia y ciencia ficción. Los jugadores colocan a las figuras en escuadrones en un escenario predeterminado, y con dados se van dirimiendo las jugadas. A esto se dedican Watson y Abnett.