Miembro del jurado de la versión irlandesa de "Masterchef" y propietario de cinco restaurantes en Dublín, el cocinero Dylan McGrath se ha hecho con el galardón "Sabores del Arcu Atlánticu" a mejor chef de su país. McGrath "que nunca antes había visitado la región", se mostró encantado con la gente y la comida. "Me sorprende especialmente la energía de los platos, y también me ha cautivado la amabilidad con la que nos han tratado. Se nota que aquí a la gente le gusta mucho la cocina".

-¿Le ha dado tiempo a probar la sidra?

-Sí, he bebido sidra asturiana y me ha parecido buenísima. En Irlanda también tenemos sidra, pero es muy diferente. La de aquí es ácida y la nuestra mucho más dulce.

-¿Le gusta hacer cocina espectáculo -como el que ofreció en la plaza Mayor elaborando un plato en directo- o prefiere trabajar en un ambiente más íntimo?

-Cocinar en público es algo que no me gusta hacer, me pone muy nervioso y, además, estar solo no es lo que prefiero. Me encanta estar en la cocina porque, aunque hay presión igualmente, es distinta.

-¿Cómo fue su experiencia como miembro del jurado de la versión irlandesa de "Masterchef"?

-Formar parte del jurado del programa y a la vez controlar los cinco restaurantes que regento actualmente me ha exigido trabajar muy duro. Algunos días, cuando no estaba tan ocupado, resultaba una actividad muy agradable y entretenida. Otros, un poco agobiante. De todas formas, uno de cada cuatro irlandeses vio la final del programa, así que mereció la pena.

-Se vio obligado a cerrar su primer restaurante como consecuencia de la crisis económica en su país, ¿cuál ha sido su "receta" para triunfar otra vez?

-La clave ha sido no tirar la toalla nunca. Además, es muy importante darse cuenta de que, cuando el mundo cambia, los negocios cambian y tú también debes cambiar.

-La televisión y las redes sociales se han llenado de gastronomía. ¿Cómo lo ve?

-Sí, eso parece. La gente se va involucrando en la cocina cada vez más. Por otra parte, los cocineros de distintas procedencias aprendemos los unos de los otros y eso mejora la calidad de los platos. Por ejemplo, es para mí muy enriquecedor venir a España y conocer cómo están trabajando los chefs de aquí.

-¿Cuál es la clave para que un plato triunfe?

-Que para su elaboración se lleve a cabo un trabajo en equipo. En mi cocina estoy rodeado de un grupo de personas maravillosas que son absolutamente fundamentales para mí. Muchos de ellos son jóvenes y me aportan la energía que necesito ahora que me estoy haciendo viejo. Es imprescindible que todo el mundo se implique, se preocupe y aporte su propio granito de arena.

-¿Qué planes tiene para el futuro?

-Hay que tener cuidado con la ambición, porque puede convertirse en algo peligroso. Mi principal proyecto para el futuro es asegurarme de que todos mis restaurantes se consolidan y siguen creciendo y mejorando día a día. Por otro lado, me gustaría instalarme en otros países y no puedo dejar de lado la innovación. La cocina cambia muy deprisa y es imprescindible no parar nunca de crear para adaptarse a las nuevas circunstancias. Si no, los más jóvenes, que viene con muchas ganas, te sobrepasan y tú te quedas atrás.