Sopa de "currusquinos", fabada, casadielles y arroz con leche. Una copa de vino para acompañar. Así despidieron las fiestas del Carmen los vecinos de La Venta en su centro social.

Historias de vida y anécdotas corrieron como el vino y la casera entre los asistentes. Lacón, doce kilos de "fabes", seis de chorizos y otros tantos de morcillas fueron cocinados "con cariño y bailando" por las cocineras Mari Carmen Ruiz y Leni Alperi, que llevan trabajando juntas seis años. Esta vez no se dio la posibilidad de escoger entre fabada normal o con almejas, "porque el año pasado tuvimos que tirarlas, la gente quiere fabada fabada", aseguró Ruiz.

Unas cincuenta personas disfrutaron ayer de la tradicional comida que pone fin a los festejos. "Antes, las fiestas de Lada y del Carmen se celebraban el mismo día. Primero íbamos al Carmen y después bajábamos a Lada", rememora Germán Prieto que hace 65 años se fue a Chile. Él y su mujer Dolores Fernández, chilena, vienen desde hace diez años a comer la fabada: "Mi padre me acostumbró a venir todos los años y ahora vengo con ella", explica Prieto.

Después de la fabada, el cuerpo pide algo dulce. Casadielles y arroz con leche, y un café con unas gotitas de orujo, si puede ser. Así, con el estómago y los ánimos cargados se arregla el mundo entre amigos. Y antes de irse, un vídeo homenaje a Benigno Alpériz, fundador de la coral "El Carmen", alcalde de barrio, presidente de la sociedad de festejos del núcleo y directivo del Unión Popular de Langreo.

El tiempo acompañó y el cielo nublado permitió despedir las fiestas con un plato de fabada y sin demasiados sofocos. Se pone colofón así a unas celebraciones que comenzaron el sádado con un maratón de parchís y tute, con espacio para la música de las orquestas que actuaron durante todo el fin de semana y también para la tonada que tuvo su momento en la tarde del lunes con el festival de canción asturiana. La coral "El Carmen", fundada por el homenajeado Alpériz, también actuó el lunes.