Los miles de jóvenes que hoy vivirán el Descenso del Sella, y que llevan días acampados en Arriondas y Ribadesella, se tomaron el jueves y el viernes como "una vuelta de reconocimiento" para la gran cita de hoy, indicaba el llanisco Álvaro González. Eso sí, pasada por agua, ya que ayer estuvieron buena parte de la tarde metidos en sus tiendas bajo la lluvia. Y también bajo la resaca.

Todos esperaban el pistoletazo de salida de la septuagésima novena edición del Descenso Internacional del Sella. No les importaba la lluvia. Los jóvenes fueron calentando motores a su manera, a golpe de música, bailes, disfraces, comida y mucha bebida.

"Es el segundo año que vengo; hay muy buen ambiente, compartimos con todo el mundo y conocemos a muchísima gente", destacaba Cristina Hoya Aizpuru como la esencia del festejo. Su amiga Claudia Díaz-Agero explicaba que, "a pesar de ser un evento deportivo, la gente a lo que viene es a la fiesta y a divertirse, a pocos les quedan fuerzas para ir a ver las piraguas".

Son jóvenes llegados de diferentes puntos de España lo que realmente buscan es la juerga. Roberto Ayala, de Pamplona, confesaba que, a pesar de haber asistido en ocho ocasiones consecutivas al evento, tan sólo pudo ver el desfile de Piraguas en una ocasión. "Este año tampoco creo que lo vea, me encanta montar en piragua, pero es una semana malísima para bajarlo", señalaba. Otros, como el madrileño Alejandro Murciano y sus amigos, pretenden sacar fuerzas de flaqueza después de la jarana de los días pasados: "Mañana (por hoy) haremos el Descenso, queremos conocer lo tradicional de esta tierra".

La inmensa mayoría de los participantes en el jolgorio que acompaña al Descenso ya llevan asentados en las proximidades del río desde el jueves pasado. Los asistentes pretenden coger el mejor sitio y, aunque quedan muchos por llegar, algunas de las zonas de acampada ya están a rebosar. El ovetense Pablo María Bodes Rincón se quejaba: "Llevamos doce años viniendo, han cerrado el famoso camping del colegio que estaba a pie de playa y ahora todo está hasta arriba". Sus acompañantes leoneses, Ricardo Álvarez y Óscar Palomares, están de acuerdo: "Estamos muy indignados con que lo cerraran, parece que nos están echando, creemos que a la gente del pueblo no le gusta que vengamos". Este grupo de asturianos y leoneses que repite cada año montó un equipo de acampada de lo más profesional: barbacoa, generador de energía, altavoces, enchufes, varias habitaciones a las que denominan "adosados" e incluso un aseo propio. Y a pesar de los cambios respecto al año pasado, esperan "disfrutar de la fiesta como en ediciones pasadas. En el fondo, el deporte y la fiesta unen mucho".

Además, ayer a orillas del Sella se inauguró la primera edición del OBA Fest, un festival de música indie y rock con actuaciones de grupos como "Vetusta Morla", "La Habitación Roja" o la "M.O.D.A.". Jorge Pérez, uno de los acampados en el macroconcierto, prometía: "Si el cuerpo aguanta, me gustaría ver la bajada de las piraguas".