Con un gran despliegue de juegos visuales saltó al escenario "La Bien Querida", a una plaza Mayor que minutos después fue llenándose de público. Ya con su maqueta, Ana Fernández-Villaverde cautivó a miles de melómanos. Más de 150.000 escuchas de su maqueta llevaron a que sus discos hayan sido ampliamente aclamados por el público.

"Empecé en el 2009 con el disco 'Romancero', era un trabajo más acústico con guitarras acústicas y con baterías tradicionales. El siguiente siguió prácticamente los mismos pasos que el primero, pero ya en el 2012 saqué un disco que se llama 'Ceremonia' y decidimos dar un giro y pasarnos un poco a la electrónica. Lo que pasa es que en 'La bien querida', lo importante son las canciones, y las canciones tienen el sello que no cambia. A cualquier canción la puedes vestir de mil maneras, pero por mucho que lo hagas tienen mi sello", confiesa la cantante respecto a la evolución de su sonido, rodeado ahora de atmósferas electrónicas.

Sus jugueteos con las rumbas, con las influencias árabes y con, ahora, la electrónica, demostraron amplitud en cuanto a discurso musical se refiere, caracterizado por su letras y sus melodías directas. "Mi tema es el amor así que casi todas las canciones hablan de las relaciones y de los conflictos, de la vida misma, de lo que nos pasa a todo el mundo", comentó la cantante minutos antes de su actuación.

"Uno de mis grandes referentes son 'Los Planetas', porque gracias a Jota, que era mi amigo, empecé en la música; hoy en día, mis discos están muy influenciados por varios grupos y música siniestra de los años 80", añadió Ana Fernández Villaverde, que se metió al público en el bolsillo.

Ella es la cantante, pero no es la única protagonista, "David Rodríguez es el que se encarga de hacer los arreglos, de la música, darle el tono acústico o el electrónico, y yo de las canciones" aclaró la artista. "Además, me gustaría mencionar que, en el grupo está Frank Rudow, que es un alemán que ha vivido muchos años aquí en Gijón. Él siempre habla de Gijón mil maravillas. Se vino la ciudad de adolescente con una furgoneta Volkswagen y aquí se quedó, se enamoró de la ciudad y de una chica. Ahora ya ni vive en Gijón, pero guarda muy buen recuerdo".

Minutos antes del concierto en la plaza Mayor, explicó que "lo que vamos a hacer esta noche es llevar el último disco: 'Premeditación, Nocturnidad y Alevosía', al directo y también tocaremos los singles de los discos anteriores", singles, que público de todas las edades pudo disfrutar con el comienzo del concierto a las nueve de la pasada noche.

La música continuó durante el resto de la noche, pero esta vez cambiando de escenario y de ritmo, acercándose a aires más flamencos. Miguel Campello, cantante de "Elbicho" se lanzó en solitario y aterrizó en Poniente, como ya actualizó en sus redes sociales: "Camino de Asturias un martes por la mañana, nubes que pintan los cielos, viento que mueve las ramas. Dos ruedas tiene mi carro, las huellas serpenteando van marcando el camino, a Gijón vamos llegando..."

El artista comenzó su repertorio con "Quiero bailar" una canción ideal para animar a su público. En presencia de un público no tan numeroso como en conciertos precedentes, Campello se hizo eco de lo mejor de su repertorio, con canciones como "Aire", "Gallos de pelea o "Como pá olvidarnos". Pleno de energía, el artista se metió a su gente en el bolsillo, entre lingotazo y lingotazo.