José María Manzanares (Alicante, 1982) afrontaba este 2015 una de las temporadas más difíciles de su carrera tras el repentino fallecimiento de su padre, el maestro Manzanares. Los triunfos, en cambio, le han devuelto la sonrisa al adalid de la renovación de la imagen de los toreros y de la fiesta taurina en general, convirtiendo la tauromaquia en un mundo más accesible. José María Manzanares, una de las figuras del toreo actual hará el paseíllo esta tarde en El Bibio.

-Este año comenzó con un rabo en Arles, un paso firme por Sevilla que de no ser por la espada hubiera habido Puerta del Príncipe, triunfos importantes en Castellón, Granada, la tarde histórica de Alicante, y las últimas Puertas Grandes de Valencia, Huelva y El Puerto. ¿Es un buen año?

-Sí, está siendo un año muy positivo en todos los sentidos. Como todo el mundo sabe es una temporada especial para mí. Al principio tenía dudas sobre cómo iba a ser capaz de afrontarla. Pero gracias a Dios me estoy encontrando fenomenal delante de la cara del toro en todas las plazas, a pesar de que también tuvimos el percance de Granada que me tuvo apartado cerca de un mes y medio de los ruedos. Afortunadamente nos hemos rehecho bien y estamos otra vez en el camino que empezamos.

-También cortó una oreja en Madrid. Dicen que en Las Ventas se exige mucho pero, ¿alguna plaza regala algo?

-No, la verdad es que ninguna plaza regala nada. Lo que el torero se gana en el ruedo es por mérito propio. En Madrid me sentí muy a gusto este año con Padilla, Perera y la corrida de El Pilar. Me encontré muy bien y percibí el respeto de la inmensa mayoría del público. Es una plaza a la que me gusta ir porque me motiva, me gusta estar en esa feria tan importante y disfruto toreando allí.

-Debutó en Gijón en 2003, el mismo año de su alternativa y ha sido un asiduo a nuestra feria. ¿Ha evolucionado la Feria en este tiempo? ¿Y en el aficionado?

-Ya llevo doce años como matador de toros y en todas las ocasiones mi paso por Gijón ha sido agradable. Son tardes que he afrontado con muchas ganas y siempre han sido buenas para mí. Ya conocía Gijón de cuando viajaba con mi padre. Recuerdo venir con él en una de sus tardes aquí, en un cartel con Joselito y José Tomas. Estuve incluso en el sorteo por la mañana. Es una feria en la que me gusta mucho estar. La gente es cariñosísima conmigo, la plaza es preciosa? Se junta todo para que siempre se den tardes bonitas.

-En Gijón abrió la Puerta Grande el año pasado y aún se recuerda su faena a un toro de Sánchez Arjona. ¿Son las dos tardes que más a gusto ha toreado en El Bibio?

-En Gijón creo que sí. La tarde del toro de Sánchez Arjona fue grandiosa para mí. El año pasado también pude disfrutar mucho pero me quedo con la faena a ese toro. Ojalá este año se pueda mejorar.

-¿Qué tiene Gijón que la hace distinta a otras plazas?

-Es una feria muy atractiva. A mí particularmente me gusta mucho venir por el cariño y respeto que muestra la afición, y el marco. Las propias plazas te transmiten unas cosas u otras, y de Gijón percibo cariño y motivación. Uno está a gusto desde que llega al patio de cuadrillas. Es especial por cómo uno se siente estando allí.

-¿Ha tenido oportunidad en alguna de sus visitas de aprovechar Gijón? Es decir, restaurantes, la playa, sus parques?

-La Feria de Gijón siempre cae en fechas en las que toreamos casi todos los días y lamentablemente no podemos disfrutar plenamente de la ciudad. Recuerdo que el año de esa faena al toro de Sánchez Arjona pude hacer algo de deporte por la ciudad pero últimamente siempre hemos llegado de madrugada y hemos tenido que irnos inmediatamente después de la corrida porque toreábamos al día siguiente en otro sitio. Es una pena porque es una ciudad preciosa, ojalá pueda disfrutarla más en un futuro.

-El día 12, tercera de abono, un cartel muy rematado con Morante de la Puebla, Sebastián Castella y usted con toros de Juan Pedro Domecq. ¿Espectáculo asegurado?

-Confío en que así sea. El cartel es idóneo para que sea una buena tarde pero dependemos de los toros. He triunfado mucho este año con toros de Juan Pedro Domecq. Es una ganadería con muchísima regularidad y sus toros dan buen juego. No sé si estos ayudarán pero siempre soy positivo. Además, con José Antonio y Sebastián será una bonita tarde.

-Viene de torear en Palma, ciudad antitaurina, ¿a qué nivel llega al riesgo para la Tauromaquia?

-Soy muy optimista en ese sentido. Mientras los aficionados taurinos estemos unidos, tratando respetuosamente a todo el mundo, creo que es una profesión y una afición muy fuerte como para que el mundo del toro se pueda ver amenazada. Por ejemplo, en Palma disfruté mucho el otro día, y la plaza prácticamente se llenó.

-¿Falla el mensaje que emiten los taurinos?

-No creo que falle, pero sí quizás hay que lanzar más mensajes. Posiblemente haya que incrementar un poco la intensidad. Tenemos que estar más pendientes y preocupados por informar sobre lo que representa realmente el mundo del toro, no sólo lo que sucede en el ruedo. Para que la gente se interese es clave que conozcan la vida del toro en el campo o la vida que lleva un torero.

-A veces se considera el mundo del toro algo arcaico, antiguo, usted ha dado una imagen renovadora alejándose del mercado exclusivamente taurino y llevando a gala ser torero en medios generalistas. ¿Es el camino para que la Fiesta perdure?

-Desde el principio he tenido la idea de llevar el toreo más allá de las fronteras taurinas, tratándolo con cariño y respeto, y siempre con el objetivo de explicar lo que es mi mundo y mi vida. Poco a poco se va consiguiendo y la tauromaquia llega a lugares donde no se conocía. Sean aficionados o no, les gusten o no los toros, la gente de otros países nos trata de una forma muy respetuosa. Existe una gran admiración tanto hacia el torero como hacia el mundo del toro. Creo que el abanico de información que emitimos debe ser lo más amplio posible para que los mensajes lleguen también a otros medios.