El mercáu tradicional L' Infiestu reunió durante el fin de semana a más de 70 expositores con las mejores muestras de alimentación y artesanía, pero si hubo un protagonista indiscutible ese fue el asturcón "Lotu". La mascota, diseñada por Enrique Carballeira, servirá de imagen para promocionar el concejo. El animal, impreso en camisetas, imanes y tazas, hizo las delicias de los más pequeños, como Nora Peri y Olaya Montes, que no dudaron en adquirir la sudadera. Quien también fue foco de flashes fue el rey Don Pelayo, que se paseó por los stands, roca en mano, ofreciendo "morrillazos" y arrancando las carcajadas de los asistentes.

Nadie quiso perderse la cita, una de las más consolidadas del verano astur, e incluso vecinas como Reyes Cayón se atrevieron a poner su propio stand. Cayón logró acaparar la atención de los asistentes con sus diseños hechos a ganchillo o punto, entre los que destacaban zapatillas para bebés con forma de animales como cocodrilos. También los empresarios locales, la mayoría del sector alimentario, aprovecharon el tirón del mercáu, por donde pasaron centenares de personas estos días.

Los quesos de Pintueles "Ca Llechi" que ofrecía Ana Posada se vendieron como churros y cautivaron a compradores como el catalán Sergi Sanjuán y su acompañante Diana González. "Estos quesos tan ricos no se venden en Barcelona y hay que aprovechar", apuntaron. También causaron furor los arándanos de Priede que vendía Nacho Sariego, de la Cooperativa Picos de Europa. En vez de un puesto al uso, optó por pasearse por la Obra Pía, la calle del Quesu y la Plaza Mayor con una carretilla de madera en la que además portaba zumos y mermeladas. El invento llamó la atención de turistas como la mejicana Isabel Sevares, que visitó por primera vez el mercáu, donde degustó boroña. La gaita y los bailes tradicionales del colectivo "Picos de Europa" también cautivaron a Sevares.

Los juguetes de madera de la ovetense Mónica Fernández también fueron de lo más demandado. "Tirachinas y carracas nunca se pasan de moda", aseguró la joven, que ponía el puesto en Infiesto por primera vez. "Las ventas han sido muy buenas, no hay queja", dijo. Un poco menos optimista se mostró el zamorano José Carlos Vara, que llevaba cuatro años sin participar en el mercáu piloñés y lamentó "que cada vez se vendan menos cosas caseras". El toque más internacional lo puso María Montoto, vecina de Gijón, con su bisutería hecha con vegetación brasileña del color del oro. "Vine el año pasado y repito porque me fue bien", aseguró.

Infiesto fue sede de la final del II Campeonato de bolos en la calle Ayuntamiento de Piloña que organizó la peña de Belonciu. Un total de 68 jugadores de la federación asturiana se acercaron a la bolera portátil pero fue Iván Fernández, de la peña Riaño de Langreo, el vencedor, que se midió con el subcampeón Manolín Canteli, de la peña el Arenal de Pumarabule. En tercer y cuarto lugar quedaron Roberto Faya y Ramiro Ramiceres.