La gijonesa María Fernanda Cuervo es, desde hace siete años, la presidenta del jurado del concurso hípico gijonés pero lleva bastantes más formando parte del mismo.

-¿Por qué se hizo juez de hípica?

-Estoy casada con un antiguo jinete, Lalo Pérez. Le acompañaba a todos los concursos desde que éramos novios. Entonces me hablaron de que salían cursos para ser juez territorial y como estaba todo el día en los concursos me decidí a hacerlos. Así empecé, me cogió el gusanillo y después de juez regional hice el de nacional, luego el nacional A, candidato a internacional, juez internacional y ahora internacional oficial.

-¿Cuál es la misión de un juez en la hípica?

-El presidente del jurado y el jurado en general tiene que velar por el cumplimiento del reglamento no sólo en lo que pasa en la pista sino en todo lo que pasa fuera de ella: pista de ensayo, autorizar los cambios..., en general controlar toda la competición.

-¿Desde cuándo es juez en los concursos de Gijón?

-Siendo juez nacional ya empecé a formar parte del jurado y como presidenta estoy desde hace siete años, que fue cuando se jubiló Álvarez de Bohorquez, una gran persona que me ayudo muchísimo. Cuando él tuvo que dejarlo por edad me lo ofrecieron.

-¿En qué otros concursos ha sido jurado?

-En España prácticamente en todos los internacionales. Fuera, la Federación Ecuestre Internacional me ha designado como juez extranjero en muchas competiciones. La última que hice fue en Francia. Este año también estuve en el CSIO de Lisboa. Con más o menos frecuencia hago la Globe Champions Tour de Cannes, la de Estoril, estuve en Marruecos, a Italia suelo ir bastante. Fuera de España depende de donde te designe la FEI.

-¿Los jueces tienen mucha relación con los jinetes?

-Depende de qué mundo vengas. Yo, por ejemplo, tengo mucha relación porque salí del mundo de los jinetes y sigo manteniendo esa relación, pero hay otros jueces que no la tienen. Independientemente de la relación que tengas todos los jinetes tienen los mismos derechos y obligaciones y eso hay que tenerlo siempre en cuenta.

-¿Monta a caballo?

-No. Monté en el Chas, en paseos, pero jamas he competido.

-¿Hay momentos de conflicto en los concursos?

-Sí, hay bastantes tensiones y más en las Copa de Naciones en las que la gente no compite para sí sino para su país. Puede haber reclamaciones contra la presencia de algún caballo. Son distintos conflictos los que pueden surgir porque la gente está en tensión.

-¿Se acuerda de alguno en especial?

-Sí, fue cuando aún estaba Álvarez de Bohorquez y fue aquí en el concurso de Gijón. La normativa de la Federación Internacional indicaba que cada caballo solo podía competir por el país del que era su propietario. Por un problema burocrático un caballo fantástico que tuvo Michel Hecart, "Kannan", que iba a correr con el equipo francés figuraba como que su propietario era sueco. Fue un problema que duró varios días y que finalmente se pudo solucionar, era el caballo estrella del equipo francés y hubo bastante tensión.

-¿Es complicado ser juez?

-Hay exámenes y como es lógico tienes que saberte el reglamento. Pero lo difícil no es esto sino dar el perfil. Me refiero a que sepas mantener la presión y tratar a la gente. Cualquier persona con sentido común y un poco de interés puede serlo.

-¿Hay mucha gente interesada en hacer los cursos?

-Cuesta, no tanto que se apunten a los cursos básicos, lo que cuesta es que tengan continuidad. Cuando yo empecé, a parte de la cantidad de concursos sociales que había en el Chas, la temporada en Asturias empezaba en mayo y acababa en septiembre, todas las semanas había competición y podías ir rodándote. Otra cosa muy buena que teníamos en Asturias es que los jueces formados aquí tenían la presión añadida de las apuestas, que hacían que el público supiera tanto como tú y eso al final era una ventaja.

-Conoce muchos concursos ¿cuál le parece el mejor?

-De los que se celebran en un recinto cerrado me quedo con el de París. Exteriores hay muchos muy buenos, y desde luego el de Gijón es uno de ellos. Gijón tiene a su favor que mantiene la tradición en el tema de los obstáculos. En otros concursos ahora se construye con reparos que se mueven más fácilmente, el sistema de decoración que hay aquí es diferente a todos. Pero Madrid es un gran concurso y Barcelona también. En España hay muy buen nivel y Gijón no se queda atrás ni mucho menos.

-¿Hay pruebas mas difíciles de juzgar que otras?

-Son más difíciles las menos frecuentes. Para mí el más complicado es el de relevos por parejas cuando no se dan testigo porque tienes que estar muy atento a que un caballo no empiece a saltar hasta que no acabó el otro. Son pruebas que no se hacen en competiciones de alto nivel pero cuando se hace el jurado tiene que estar muy atento, son muy divertidas para el publico pero muy difíciles de controlar.

-Todos los deportes tratan de innovar, ¿en la hípica pasa lo mismo?

-Se trata pero no es muy frecuente. Se tiende a incluir alguna prueba espectáculo, por ejemplo se está haciendo una prueba que se llama "jump and drive" que consiste en que hay un recorrido, generalmente de alturas pequeñas, 1.20 y la otra mitad del recorrido es un slalom con un coche de un patrocinador del concurso. Son pruebas simpáticas que a la gente les gusta pero que no puedes trasladar a concursos de alto nivel. Hay algunas cosas nuevas pero es complicado que haya grandes innovaciones.