Elena Charro tiene 54 años y puede contar con los dedos de una mano las veces que ha faltado a la tradicional cita de escanciado simultáneo. Esta gijonesa es una de las "reservas" que esperan en la barandilla de la playa hasta el final, por si hiciera falta gente para batir el récord. "Aún me acuerdo de las primeras veces que fuimos. Hace más de 15 años, cuando mis hijas eran pequeñas, íbamos con comida y pasábamos la tarde en la arena. Recuerdo que apenas éramos unos mil. Ahora que ya son mayores suelo acercame todos los años a la playa por si hace falta gente para batir el récord. Si hay la suficiente, me quedo fuera disfrutando del ambiente", explica.

Este verano el récord cumple 18 años y celebró su mayoría de edad junto a las 8.564 personas que se acercaron a la playa de Poniente para superar las 8.448 del pasado año. Además de ellos, cientos de personas observaron el espectáculo en los alrededores.

Cerca de las 18:30 horas, minutos antes de la apertura del recinto, la cola ya llegaba hasta las "Letronas" y miles de personas aguardaban impacientes el "bocinazo" que marcaría el cierre de puertas y el inicio del escanciado oficial.

Pero la tradicional cita es, para muchos, una excusa para pasar la tarde juntos. "Para nosotros esto es una fiesta familiar. Llevamos viniendo mucho tiempo y cada año es mejor, traemos más comida", bromea Ana Valle, una gijonesa que disfruta de las horas previas al escanciado oficial en la arena, junto a su familia y una gran merienda.

También Eva Gómez repite la experiencia. "El año pasado no pude venir por trabajo pero hace dos sí y la verdad es que me llevé muy buen sabor de boca, así que este año no quise perdérmelo. Merece mucho la pena venir porque no todos los días puede verse un espectáculo como este, con tanta gente escanciando y bebiendo sidra a la vez", cuenta la joven de 22 años, que viene acompañada de su amiga Ángela Fernández.

Entre los gijoneses, asturianos y extranjeros que se desplazaron ayer al arenal de la playa de Poniente se encuentran también Claudia Barreñada y Sergio Flórez, quienes asistieron por segundo año consecutivo a la prueba y bromearon sobre el aliciente que supone "que haya sidra gratis para todos".

A las 21:15 horas, tras varios ensayos organizados por el presentador de la velada, dio lugar el escanciado oficial, que terminó con una lluvia de aplausos y un emotivo "Gijón del alma" que entonaron a coro todos los presentes, seguido de un "Asturias patria querida" que puso de nuevo las más de ocho mil botellas en alto.

"Es una escena increíble ver todas esas manos en alto bailando al son del himno de la ciudad. Me pone los pelos de punta", contó Marta Carroza al finalizar el evento. Con el mar susurrando a su espalda y la sidra corriendo por las venas, Gijón vuelve a batir un año más el récord mundial de escanciado simultáneo. Y con gente de sobra.