El avilesino Sergio Álvarez Moya, el mejor jinete español de saltos del momento, aún recuerda cuando daba de pequeño sus primeros pasos en la hípica y pasaba jornadas de doce horas en El Forcón. Añora aquellos clubes familiares, pequeños, en los que los padres dejaban allí a sus hijos con total confianza. Quizás ese sería su sueño, poder montar un club en Asturias de esas características, ahora que el Chas o el Asturcón viven momentos difíciles. Pero las circunstancias no se lo permiten. "Acabo de competir el próximo lunes aquí en Gijón, el miércoles estaré en Bruselas, las siguientes semanas tendré que ir Viena y Barcelona, y antes de venir aquí estuve en Alemania. Me encantaría vivir en Asturias, pero el aeropuerto no tiene vuelos internacionales directos y al final si me hago una casa aquí, tengo un montón de amigos, la familia, un sitio encantador, pero no sería factible para mi vida profesional", señaló ayer el jinete en una tertulia junto al seleccionador nacinonal Marco Fusté.

De cara al futuro duda si se lanzará a la aventura de montar una cuadra con caballos. "Lo pensaré cuando deje de competir, que tardará bastante todavía", incidió. Pero sí tiene claro que le gustaría que Asturias recuperase el nivel que tenía: "Cuando era alevín e infantil siempre peleábamos por las medallas, había varios equipos de Asturias importantes".

Casi medio centenar de aficionados acudieron a una charla en la que Fusté y Álvarez Moya se mostraron ambiciosos de cara a la prueba de la Copa de las Naciones de hoy. "Aspiramos a lo máximo. Solo pensamos en ganar", apuntó Fusté. "Ando un poco desconectado sobre los rivales. Hacerlo lo mejor que podamos nosotros es lo que más me preocupa", añadió Moya.

El Concurso Internacional de Gijón es una prueba especial. Nadie lo duda. Ni el público ni los participantes. Todos se quedan impactados con los diseños de los obstáculos. Y también con las apuestas. "A los jinetes nos gustan. Cuando alguien compra un boleto formas parte de ello, de la ilusión que tienen por ganar o perder", explicó Álvarez Moya, que también matizó un detalle a pulir: "Lo único que se hace largo es el tema de los descansos, no sé cual sería la manera de intentar agilizar un poco la cosa, pero habría que estudiarla".

La hípica atraviesa un momento delicado. En especial para la cantera. Al menos la clasificación para los Juegos de Río 2016 ha vuelto a poner a este deporte en primera plana. Pero no es suficiente. Aún queda todavía trabajo y ayudas. "Para que un concurso sea jugoso se necesitan premios en metálico más importantes. Y eso al final solo se consigue con los patrocinadores privados", recordó Fusté, que también halagó la importancia que ha tenido Asturias: "Aquí ha habido muchos jinetes que han dado grandes alegrías. Asturias siempre fue un semillero importante de jinetes". Hoy, con la prueba de la Copa de Naciones se disfrutará de uno de los días más intensos de una prueba en la que Sergio Álvarez Moya disfrutaba ya de pequeño y en la que manifestó que espera acudir toda su vida. Una referencia para la hípica y para Gijón y Asturias.