Un grupo de jóvenes de la parroquia sierense de Santolaya, agrupados en la sociedad cultural y de festejos "La Llosa", recuperó las fiestas de la localidad después de veinte años sin celebrarse y se encontró con un éxito mucho mayor del que esperaba. En la primera jornada, la del viernes, que era la que esperaban menos concurrida, estuvieron a punto de agotar existencias, y la merienda de ayer en la carpa del prau resultó multitudinaria. "Estamos abrumados, muy sorprendidos por la respuesta que estamos teniendo", relataba Nacho Calviño, de la organización.

Pero la fiesta no ha terminado todavía. Hoy prepararán una paella que ya ha tenido una gran aceptación. Será a las tres de la tarde, tras la sesión vermú, con la participación de más de 300 personas.

Con un principio así, a ver quién dice "no" el año próximo. Es para repetir.