El pie se convierte en un "driver", la bola multiplica su tamaño hasta convertirse en un balón, y el pequeño hoyo se parece más a un socavón. El campo municipal de La Llorea acogió ayer el primer partido de "futgolf", una disciplina que combina los golpeos y la técnica del fútbol con las reglas del golf, de toda Asturias. Sobre el verde se dieron cita los sportinguistas Sergio Álvarez y Pablo Pérez, además de otros profesionales con las botas colgadas. Entre ellos, Cundi, Redondo, Manuel Sánchez Murias, Asensi (ex del Fútbol Club Barcelona) y Quini, que aventó el balón con energía en un saque de honor que arrancó los primeros aplausos de la tarde.

Todos los participantes debían completar en hora y media una vuelta a un campo de 9 hoyos. Arrancaron Sánchez Murias y el concejal de Deportes en el gobierno de Foro del Ayuntamiento de Gijón, Jesús Martínz Salvador, que en el primer juego situó con la pelota dentro del "green" con un buen gesto técnico. Murias alzó la vista y buscó la parábola para introducir el cuero en el agujero, aunque sin fortuna. Apenas le faltaron unos centímetros. El fallo hizo que el periodista Toni Fidalgo tuviese que apuntar, con una sonrisa, un "más uno" en la tarjeta de sus oponentes. El juego seguía

Las normas de esta variante deportiva son sencillas. El jugador inicia desde el "tee" la partida. Basta un puntapié a la pelota y que ésta caiga dentro de la calle -o "fairway"- que se ha establecido mediante una serie de estacas. Si el balón sale de ahí, los jugadores, al igual que sucede en el golf tradicional, sufrirán una penalización.

Lo que viene después es de sobra conocido. El objetivo es acercar el esférico al "green", espacio donde se ubica el hoyo en el que hay que introducir la pelota para completar ese recorrido.

La peculiaridad de esta modalidad es que el "green" y el hoyo se encuentran en una zona distinta a la que figura en el mapa del complejo golfístico. Para ser exactos, la boca en la que se debe introducir la pelota está en el "rough". Es decir, la hierba alta que se encuentra a los dos lados de la calle. El motivo es proteger el "green", por lo que los jugadores también usaron calzado sin tacos.

Los ganadores de la prueba, con 39 golpes, fueron Kike y Diego, dos familiares de Quini, que demostraron un nivel excepcional sobre el verde de La Llorea. Javi Neira, subcampeón de España infantil de golf, y su padre Luis, ocuparon la segunda plaza, con 42 golpes; mientras que Javi Navarro, del Club de Golf de Castiello, y Nacho García, se quedaron con el bronce (43 golpes). Igualmente, se destacaron otras dos categorías. Los jueces se fijaron en el hoyo 7 en cómo se realizaban las salidas. En este caso, David San Martino y Pablo Collado fueron los vencedores. Alejo Caso y Javi Roza hicieron lo propio un hoyo después, al realizar el mejor golpe corto del torneo.

Los "futgolfistas" que ayer se congregaron en el campo de golf gijonés también pudieron apostar por el ganador de la prueba. Tantas vueltas dio la pelota que ninguna pareja logró acertar el resultado. Un hecho que da buena cuenta de que en el green no todo es potencia, sino también paciencia y estrategia.