El considerado como el mayor festival de literatura de género en España comenzó ayer su XXIX Edición sobre los terrenos del antiguo astillero de Naval Gijón. A las 17.00 horas se abrieron sus puertas y los primeros curiosos se adentraron en sus caminos de tierra envueltos en olor a carne recién asada, manzanas caramelizadas y algodón de azúcar: olor a "Semana negra".

Los doscientos metros cuadrados de mercadillo envuelven a los visitantes nada más entrar y sus ojos vuelan de unos puestos a otros entre tanta variedad: ropa, pulseras, calzado, mochilas e incluso puestos de tatuajes; todo tipo de artículos se suceden a lo largo del recorrido. Pero, sin duda, los más concurridos son los dedicados a la literatura, como es natural en un festival de estas características, con una treintena de puestos donde se exhiben distintas librerías.

Entre ellos se pierden Eva Málvarez y José Rodríguez, una pareja leonesa que se ha encontrado de casualidad con la "Semana negra" en sus vacaciones en Asturias. "Yo vine hace más de veinte años y tenía curiosidad por ver el cambio. Recuerdo que aquella vez estaba en otro sitio y había un montón de árboles dando sombra. Eso se habría agradecido hoy ¡Hace un calor de morirse!", cuenta ella sin perder la sonrisa, "pero nos gusta mucho, igual hasta cae algún capricho literario...", añade él, también sonriente.

Debido al sol muchos se amparan bajo la sombra de una gran cerveza. De momento, el ambiente entre los hosteleros es tranquilo, pero no son pocos los comentarios que se hacen respecto al cambio de horario, que les roba una hora y media durante los días de semana. "Yo este año trabajo como camarera en uno de los puestos, pero siempre solía venir al concierto de Carlos Jean, y sé por experiencia que esto se llena hasta las 4 sin problema. Pero como el concierto cae de jueves, seguramente perdamos ventas", lamenta la gijonesa Lucía Roza, de 22 años.

Otro de los grandes atractivos del festival son las exposiciones de fotografía, que ya fueron protagonistas en la tarde de ayer. Sarah Scriv viene del País Vasco francés y mira con atención una de las muestras. Es la primera vez que visita el festival y lo hace para trabajar en el marco profesional de la "Semana negra". "Yo vengo de parte de una biblioteca en Francia que tiene una amplia colección sobre crimen en literatura", explica, "pero no voy a perder la oportunidad de disfrutar de las exposiciones", asegura.

Muchos son los que, como ella, se acercan a la Carpa de Encuentros para admirar las imágenes de los bombardeos en Gijón durante la Guerra Civil, en la exposición "Los años silenciosos, la guerra de los civiles".

Pero el verdadero protagonismo se lo lleva "Somos refugiados", de la vigésima edición del Encuentro Internacional de Fotoperiodismo "Ciudad de Gijón". La muestra incluye obras sobre los refugiados, pero también pueden verse otras sobre la Guerra Civil española, con un notable paralelismo entre unas y otras.

También se puede disfrutar del trabajo de Enric Sió, con "La guerra del poeta" en la carpa de Exposiciones y el de Xurde Margaride con sus "Retratos indignados" sobre el 15M en Asturias, expuesto en la calle Palafox.

Así comenzaba ayer la "Semana negra" de Gijón, augurando una gran afluencia y mucha reflexión a base de palabras e imágenes.