Robert Plant mantiene el pulso en escena. Ya no son aquellas correrías "zeppelianas" haciendo volar el viejo micro con cable. Pero sigue siendo Robert Plant, con otra pose escénica pero con recorrido de sobra. Regula perfectamente para sus 67 años (largos). Con todas esas cartas credenciales no tuvo complicaciones para conectar ayer con el público de Gijón. Aunque hasta que asomó la vena rockera en la recta final, el personal esperaba ese mundillo ante una serie de piezas de tono étnico y a veces psicodélico que introdujo por el medio.

Entre la afición, variopinta afición, había muchos de su "quinta", pero varios también de otras "quintas" más jóvenes que mamaron "Led Zeppelin" a lo largo de los años. Plant ya se hace notar de entrada, a la primera nota; o, si se quiere, por ese toque de leyenda que lleva encima (con sobrados motivos) el ex cantante de "Led Zeppelin". Su voz mantiene el rugido, su voz se pone blusera cuando lo requiere la pieza, su voz se vuelve folki cuando es preciso.

Para ello lleva una banda, un combo ("The Sensational Space Shifters"), abierta a muchas culturas musicales. Ambos, combo y voz de Plant, se combinan, se dejan campo libre. Por ello todo va combinado entre ese apartado folki-étnico y el blues y el rock de la energía final, cuando aparecen los "pepinos" eternos de "Led Zeppelin", léase, por ejemplo, "Black Dog". Nunca dejará "Black dog" de tener esa fuerza rockera que empieza justo con ese tramo a capela de sus cuerdas (los "Ah, ah, ah.." ya se encarga el público de recargarlos con coral). Ahí ayudó Robert Plant en mexicano, dijo´"ándale". Ya había mantenido sus diálogos con el público, saludando, diciendo que "esto era el mejor campo de fútbol" y preguntando al público si quería más.

En estos paseos musicales se aprecian por ejemplo tonos casi pops y otros que pueden sonar de inmediato más folk que nada. Una muestra evidente de la "apertura" musical de "The Sensational" para viajar por todo un universo sonoro. Y si hay que cambiar el modo se hace enseguida, sin problema en engancharse al blues más profundo, aunque siempre con su barniz de R&B y también con una "mano de pintura" psicodélica de Plant.

La otra explosión fue cuando hizo un popurri con un guiño a "You need love" y otras clásicas con la base de "Whole lotta love" y así hasta la recta final en que la gente esperaba inquieta a que sonara el celebrado "Rock and Roll", que evidentemente se acompañaría de (louli, louli, louli, louli, lo), entonado por el respetable a la española. Suele acabar con esa pieza pero regaló una más que la gente cantó con él, con lo difícil es cantar con Plant, hasta que dijo "pasajeros". Y acabó.