Al empacho, bien entendido, de letras y firmas de la "Semana negra" había que ponerle el broche de oro, y qué mejor manera de hacerlo que en torno a una mesa. Si vienes a Asturias de lo que no te va a faltar es de comer, y eso fue lo que les ocurrió a todos los escritores y periodistas que se congregaron en Moreda (Aller) para despedir esta edición de uno de los eventos culturales más importantes del verano.

Antes de la comida, el alcalde allerano, David Moreno, tuvo la oportunidad de dirigirse a los presentes con una pequeña charla en la que quiso ensalzar el valor de la minería en el contexto asturiano, como elemento de cultura y también como atractivo turístico. "Es el motor de esta zona y una oportunidad para dar una visión diferente de la región". Quiso ensalzar también la importancia de los grupos de teatro de la localidad, que dinamizan el espíritu literario, que al fin y al cabo era el elemento principal de la jornada. Y las ganas ya se vieron en la foto de familia, que también fue ejemplo del ambiente festivo que se vivió durante la jornada de despedida.

Pero el plato fuerte, y nunca mejor dicho, vino después de esa charla. La espicha, esa propuesta tan asturiana, que según Lorena Nosti, "vuelve locos cada año a todos los escritores que vienen". Si quieres convencer a alguien para que se enamore de Asturias, llévale a comer. Y vaya si se enamoraron. No estuvieron todos, pero sí algunos de los más importantes escritores que se habían pasado por Gijón a lo largo de la "Semana negra": Leonardo Padura, el argentino Fernando López o el flamante Premio Espartaco 2016, León Arsenal, se dieron cita en torno a la mesa junto a otras figuras como Ignacio Borel o el fotógrafo Daniel Morcín.

Padura prefirió el vino, pero no se olvidó de brindar con sidra mientras en la mesa esperaban las típicas tortillas de patata o los concejales de bacalao, que no pueden faltar en una buena espicha. Más expresivo fue Fernando López. "Cuando se viene aquí nunca se está mal, es una maravilla", esgrimió. Desprendió amor por Asturias en cada palabra. "Es la segunda vez que vengo, pero es inevitable volver". El autor de obras como "Odisea de cangrejo" (2005) quedó tan prendado de la "Semana negra" que ha decidido promocionarla y lanzar un evento similar en su Argentina natal, concretamente en Córdoba, la ciudad que le vio nacer. Se declaró un enamorado de la región. "Asturias crea una cultura excepcional casi irrepetible, que siempre sabe mejor con la magnífica gastronomía que tiene. Desprende placer", explicó mientras se daba cuenta de las viandas. "Es que hasta el formato de este encuentro es especial, siempre marcando la diferencia en cada cosa que se hace. Cómo no voy a querer volver", sentenció López.

Comida, bebida y mucha satisfacción por parte de un David Moreno que no quiere que esto pare. "Son ya cinco años. La 'Semana negra' está encantada con nosotros y viceversa. Y ya que estamos comiendo, decir que todo el que viene se va con un gran sabor de boca de Aller". Lo que empezó siendo una ceremonia de clausura se ha ido convirtiendo en algo más. Asturias, Aller y la "Semana negra" hacen prosa para que los mejores escritores puedan, quién sabe, contar en la próxima novela, que este es de verdad un paraíso.