La fiesta del Carmín de la Pola se comenzó a celebrar ya desde Gijón. Sin falta de llegar al prau cientos de jóvenes esperaban el autobús en las inmediaciones del centro de salud Puerta la Villa de la plaza de Europa bajo un sol de justicia. La cola, a eso de las tres de la tarde, rodeaba tres de las cuatro paredes del edificio. Y en esta ocasión los últimos de la fila fueron los más afortunados porque, si bien tuvieron que esperar más para llegar a la Pola, al menos lo hicieron a la sombra.

Tal era el calor que no es de extrañar que la plaza de Europa se llenase de sombrillas, gorras y sombreros para cobijarse de sol. Más de 300 jóvenes aguardaron a esa hora su turno para emprender el camino al Carmín, perfectamente uniformados para disfrutar de una de las fiestas de prau más populares de Asturias. "Llevamos más de una hora en la cola pero merece la pena porque es una de las mejores fiestas, hay buen ambiente, buen rollo y además dura todo el día", comentó Sofía Suárez que lucía una camiseta verde con la inscripción "esi culín que tienes ye una golosina", con su vaso de sidra como logotipo. Una vestimenta que compartía con un nutrido grupo de amigos y amigas que aguardaban llegar a Pola de Siero para mercar cajas de sidra. La cola no menguaba, al contrario, cada vez llegaban más grupos.

¿Y no dieron ya el primer sorbo antes de montarse en el bus? Guardaron las ganas rigurosamente aunque es cierto que por la zona vigilaban agentes de la Policía Local que intentaban se respetase el libre acceso al centro de salud. "Tenemos muchas ganas de beber pero esperaremos a llegar", apuntaban Magora Torres, también debidamente uniformada con su grupo de amigos y la camiseta con "No veo la hora de irme" como proclama. La mayoría de pandillas vestían camisetas blancas con alguna inscripción y en casi todas figuraba el nombre y un dorsal a la espalda para no perderse del grupo.

No obstante, los jóvenes sí tomaron agua para hidratarse. La misma que compraron en garrafas de cinco litros pero no por abstemios. Sus envases los utilizan tras verter el contenido para realizar las mezclas. Además del tradicional calimocho con coca-cola y vino la novedad de este año es la "calibada" hecha a base de ginebra con los helados de hielo de sabores, los tradicionales "calipos" derretidos. Además había cerveza, sidra, vodka y, por supuesto, neveras y hielo para una degustación "fresquita".

Autobuses Mariano fletó siete vechículos de entre 55 y 60 plazas cada uno para comenzar a hacer la ruta Gijón-Pola de Siero desde la una de la tarde a razón de 2,45 euros por billete. Fuentes de la empresa calculaban que igual podrían hacer entre treinta y cuarenta viajes con notable ocupación a lo largo del día, lo que suponen dos mil jóvenes gijoneses dispuestos de disfrutar del Carmín en transporte colectivo. El mismo servicio devolvió a los fiesteros en varios servicios desde la doce de la madrugada a las nueve de la mañana.