Llevaban algo más de dos horas subidos a las bicis y reconocían que estaban "muy cansados". No habían dejado de sortear montículos, subir y bajar rampas, circular entre palés, hacer equilibrios sobre maderas... y todo bajo la supervisión de un artista: el dos veces campeón de Europa de biketrial, en la categoría Élite, el gijonés Javi Alonso.

A eso dedicaron la mañana de ayer seis escolares, entre 6 y 12 años, concentrados en una zona perfectamente habilitada junto a la avenida Príncipe de Asturias. Su iniciación al trial en la modalidad de bicicleta -algunas bastante más grandes que los propios usuarios- forma parte de la oferta de actividades de verano que lanza el Patronato Deportivo Municipal, una entidad comprometida en hacer que ningún niño de Gijón pase los meses de julio y agosto en el sillón de casa.

El cansancio de los pequeños era evidente y eso que, como explicaba Javi Alonso, la actividad no busca la exigencia. "Es una toma de contacto para críos con este deporte. En dos días que están con nosotros -cada cursillo está dividido por semanas, para que puedan participar cuantos más niños mejor- no se pueden hacer maravillas y tampoco lo podemos comparar con las actividades que desarrollamos durante el resto del año, donde hay niños que no se despegan de la bici", contaba el experto monitor.

Al curso se puede ir con las manos en los bolsillos porque "nosotros los dejamos las bicis y el casco" explicaba Alonso. El único requisito que se exige a los niños que se apunten es que lleven pantalón y manga larga. Para evitar rasponazos en caso de caídas. Pero para que no ocurra nada está atento Alonso, que cuenta en sus clases con la ayuda inestimable de otro artista de las dos ruedas, el ovetense Pablo Suárez, que acabó tercero en el último Campeonato de España de Biketrial, pero en su caso en la categoría infantil.

El circuito en el que se imparten estos cursos de verano está situado detrás del Pabellón Deportivo Perchera-La Braña y fue inaugurado en el 2013. Un año después, comenzó a funcionar esta oferta de cursillos estivales.

"Está muy bien que haya este oferta deportiva tan amplia, es una suerte vivir en Gijón y que te permitan participar en actividades así" sostiene Alonso. Ya cuentan con más de 50 alumnos de verano y las clases se imparten martes y jueves de 10.30 a 13 horas.

Uno de los aficionados que ayer hacía sus pinitos con los equilibrios en bicicleta es Miguel, de 12 años, que se inscribió "porque se apuntó mi primo" y "para probar otras actividades" que no son las habituales en las que se mueve este escolar y sus amigos. En sus ratos libres Miguel juega al fútbol, al baloncesto y también practica kárate. El de ayer era su primer día haciendo bike trial y tenía clarísimo que es un deporte "bastante cansado", pero al que le estaba cogiendo el gusto.

Más experiencia con el biketrial, pese a su menor edad, tiene Iyán, de 9 años. En su caso ya es el tercer verano que se apunta a esta actividad. "Empecé porque vi a Javi cómo lo hacía", comenta con admiración el pequeño Iyán. Javi es su monitor, el campeón europeo, y fue en una exhibición suya donde decidió que él quería hacer lo mismo. Desde entonces, para este alumno del Colegio Inglés de Asturias, en Oviedo, el biketrial está entre sus deportes preferidos y se decidió a practicarlo.

Para atender mejor las necesidades formativas de los escolares, Javi Alonso se hace cargo del grupo de los mayores, el que forman los alumnos de 9 a 12 años, mientras su compañero Pablo Suárez tutela a los de 7 o 8 años. Es el caso de Hugo, que a sus 8 años estudia en el Colegio Federico García Lorca. "Es mi primer año en estas actividades" dice, para añadir luego que se apuntó al cursillo porque "me gustan las bicicletas". Preguntado por lo que le gustaría ser de mayor, dice "me gustaría ser policía", a lo que su compañero Esteban, otro de los niños de este grupo, le interroga: "¿Por qué no militar?". Hugo le responde que si eligiese ser militar "me tendría que ir a Cádiz, porque tienen una base allí". Esteban tiene aún seis años, pero cumple siete la semana que viene y él ya se los suma. Es Javi Alonso quien le tiene que precisar que aún no los tiene. Nació y vive en Marsella, aunque veranea en Gijón y habla castellano perfectamente, pese a ello reconoce que se desenvuelve mejor con el francés. "Mis abuelos son de aquí y vengo en invierno y verano a Gijón" comenta el pequeño bilingüe, de madre española y padre francés.

Llegan los últimos minutos de la clase, y en esos los monitores dan libertad a sus pupilos para hacer lo que quieran: y vuelta a subir y bajar montículos, mientras les observan muchos padres que han llegado a recoger a sus hijos o ni siquiera se han ido de la zona.

Toca irse a casa. Eso sí, para volver el jueves con las pilas de nuevo cargadas.