Mientras decenas de miles de personas se ocupan únicamente de pasárselo bien, casi 800 están concentradas en que esa diversión sea segura. Este es el equilibrio que hay detrás de Las Piraguas, un dispositivo que en Ribadesella tuvo el centro neurálgico en la plaza de Abastos. Allí han estado estacionados desde el viernes los dos grandes camiones que contienen las entrañas de la seguridad: el puesto de mando avanzado de los Bomberos y el Centro de Coordinación Operativa (CECOP-Sella). Los departamentos de Protección Civil, Logística y Bomberos trabajaron en el primero, el punto al que acudirían en caso de un incidente grave. Al CECOP, por su parte, se desvían todas las llamadas que recibe el 112 relacionadas con el Sella. Las gestionan técnicos como Rodrigo Vega y Javier Fernández, quienes movilizan los recursos necesarios en cada situación: SAMU (Servicio de Atención Médica Urgente), Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil, todos con un coordinador presente en el mismo camión. El dispositivo de esta 80ª edición ha sido de similares características al de años anteriores, pero el Sella parece ser una fiesta cada vez menos conflictiva. Pese a que aún no existe un balance oficial de esta edición, los servicios de emergencias describieron un Sella "muy tranquilo". También en Arriondas, donde en la noche del viernes se celebró el "Allume" con el descenso de velas por el Sella. Tampoco en la capital parraguesa hubo incidentes graves, pero sí una pelea a botellazos que acabó con un herido leve. Otra persona fue trasladada al centro de salud local con pronóstico reservado.