Gijón, I. PELÁEZ

En un escalafón liderado por Diego Ventura y Pablo Hermoso de Mendoza, Leonardo Hernández (Badajoz, 1987) se erige como el tercer hombre disputando el cetro del toreo a caballo a sus dos máximos exponentes. Tiene como aval una larga lista de triunfos desde su juventud taurina. En esta temporada destaca la rotundidad demostrada en Pamplona y su inconmesurable balance de siete orejas en dos tardes que actuó este año en Las Ventas. Una plaza en la que ha logrado salir en hombros en ocho ocasiones. Leonardo Hernández siguió la estela de su padre, también rejoneado, hasta convertirse en un torero indiscutible en los festejos de rejones. Esta tarde debuta en El Bibio.

-¿El triunfo en Madrid ha sido más especial por su rotundidad este año?

-Han sido dos puertas grandes importantísimas para mí en la plaza más importante del mundo. Es un paso adelante en mi carrera. Son ocho en total, y todos sabemos la importancia y dificultad que tiene lograrlo en Las Ventas, triunfar allí, y eso supone una gran satisfacción.

-Se habla de la competencia en el toreo a pie, pero a caballo, que hay menos festejos, ¿todavía más?

-Hay mucha competencia, es tremenda. No es fácil, ahora mismo es muy fuerte. Hay rejoneadores de una categoría muy importante pero es bueno porque sale beneficiado el público. Cuando hay competencia, hay nivel y hay esfuerzo al final triunfa el espectáculo y el arte del toreo a caballo.

-Desde 1990 no había en El Bibio una corrida completa de rejones.

-Es muy positivo que vuelvan las corridas de rejones a Gijón porque es una feria magnífica a le faltaba esa corrida de rejones. Es una satisfacción enorme torear en El Bibio y con un cartel tan bonito y atractivo.

-¿Qué referentes tiene en el toreo a caballo?

-No hay duda que mi padre -Leonardo Hernández- ha sido mi maestro y una persona fundamental en mi vida y en mi carrera de la que he aprendido muchísimo. También hay otros maestros de los que te fijas en cómo han hecho las cosas como son Joao Moura, Manuel Vidrié, Alvarito Domecq, Fermín Bohórquez o Pablo Hermoso de Mendoza. Muchas figuras de las que tratas de aprender.

-¿En qué caballos de su cuadra se debe fijar el aficionado esta tarde?

-Tengo una cuadra amplia, con caballos veteranos y jóvenes, que debutan con fuerza. Hay caballos como "Despacio", "Sol" o "Xarope" que llevan un nivel tremendo toda la temporada. Igual que "Amatista" y "Calimocho." También caballos nuevos, de salida, como "Estoque" y "Picasso". Tengo una cuadra completa e importante y todos ellos darán un buen nivel en la plaza.

-¿Cómo se prepara un caballo para el rejoneo?

-Es una fase larga y lenta donde hay que hacer todo muy bien. El caballo debe tener una base de doma muy importante, hay que donarlo bien. Luego empezar con el carretón a enseñarle el toro, él va aprendiendo su sitio, por dónde tiene que pasar. Después empezamos con una vaca mansa, una vaca brava pero que ha aprendido a no arrancarse, que tenemos en la finca para el entrenamiento de los caballos. A continuación ya empezamos con becerras y de ahí pasamos a vaca vieja y luego al toro. Es un proceso lento y despacioso.

-¿Cuántas horas son encima del caballo?

-Sí, muchas horas. Un caballo empieza a domarse con tres o cuatro años y hasta los seis o siete años no es normal que debuten en público en la plaza. Son tres o cuatro años hasta que se adaptan. Luego hasta los 8 o 9 años no se hacen figuras del toreo a caballo. Es lento porque el caballo debe tener una buena base para ir creciendo cada día. Que siempre vaya a más.

-Usted que ama los caballos y el toro, ¿qué le diría a un antitaurino?

-Le diría tantas cosas? Sí les pediría respeto y que dejen libertad a las personas para ir o no ir a las plazas de toros. No entiendo por qué no nos respetan y nos impiden esa libertad de opinión y expresión cuando, al fin y al cabo, ellos son cuatro y nosotros somos tantos. Una plaza de toros se llena o tiene un ambiente muy fuerte con dos mil, tres mil o diez mil personas dependiendo del día y de la plaza mientras que, cuando ellos se manifiestan solo un día suelen ser cuatro que hacen mucho ruido. Además dicen palabras muy fuertes sobre los toreros y llaman la atención. Sólo les pido respeto.