"Mi padre nos ponía las canciones de Martirio todos los días", explica Eugenio Martínez, de 45 años, que añade que "para mí seguir escuchando canciones como 'Ojos verdes' o 'Dicen' es una sensación muy emocionante, me acuerdo mucho de mi padre que por desgracia ahora ya no está".

Eugenio era uno de los cientos de gijoneses que llenaron ayer la Plaza Mayor de Gijón para escuchar a María Isabel Quiñones Gutiérrez, popularmente conocida como Martirio. De lo emotivo de sus letras ya había avisado la artista antes de comenzar a cantar: "Tengo canciones que como alguno esté un poco para separarse va a empezar a llorar", bromeaba la artista cuando pisó el escenario, pasadas las 21:00 horas, en una agradable noche veraniega.

"Yo he crecido escuchando copla toda la vida y ninguna como la de Martirio", cuenta Josefina Fernández. Su primer recuerdo de Martirio,data de finales de los años 80, con el tema "Estoy mala". El mismo que ayer inauguraba la actuación de la cantante, que también tuvo unas palabras cariñosas para el público que se dio cita en la plaza principal de la ciudad. "Es un placer celebrar con vosotros la Semana Grande en Gijón. Mis treinta años de Martirio. Siempre que hemos venido a Gijón nos han recibido maravillosamente con un público espectacular".

Con un vestido verde y abanico en mano, Martirio se metió en el bolsillo al veterano público desde el principio con sus letras y su desparpajo. "A la que le gusta es a mujer, que me ha llevado a verla hasta a Móstoles", bromea Julián García, a lo que su pareja respondió con un: "Eres un exagerado". "Estábamos pasando un fin de semana en Madrid y nos enteramos que actuaba cerca y claro que la fuimos a ver", explica María José Gutiérrez, la mujer de Julián. Al concierto habían acudido con su hijo, David, de 9 años. Aunque al pequeño no parecía entusiasmarle demasiado y se entretenía con su teléfono móvil, aparentemente capturando algún "Pokémon".

En medio del concierto, Martirio tuvo unas emotivas palabras para el fallecido cantautor andaluz Carlos Cano, a quien describió como una persona "que peleó por sacar la copla de esa banda sonora que parecía en la dictadura", y como a un luchador. La interpretación de "María la Portuguesa" -canción de la que Carlos Cano era autor- fue el homenaje que se rindió ayer.

Ángel Rubiera, un poco emocionado, relataba: "No me esperaba este homenaje a Carlos Cano, para mucha gente de mi generación escuchar a artistas como Carlos era un anhelo de libertad en una época en la que se vivía con miedo".

"Ya queda poco", le decía Julián a su hijo, David. El pequeño no parecía creérselo del todo, ni tampoco parecía importarle demasiado porque seguía con su móvil. Corren otros tiempos.