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El día más asturiano del año en La Pola de Gordón

El tradicional encuentro de los que fueron niños alojados en la Casa Covadonga se celebró ayer con gaita, homenajes y nostalgias

El día más asturiano del año en La Pola de Gordón

Cada año por estas fechas hay una avalancha de recuerdos en Pola de Gordón, localidad de cordillera que comparte entidad geográfica -provincia de León- con sentimiento asturiano.

Recuerdos que rodean, atraviesan y recorren cada rincón de la Casa Covadonga, el caserón blanco donde miles de niños asturianos, de la postguerra a la democracia, veranearon (y hasta invernaron). Las estancias en la Casa Infantil de la Pola de Gordón tenían que ver con un respiro a las familias y un plus a los pulmones. Aires de la montaña a un pasín de Asturias.

El XVII encuentro de los que fueron usuarios de la Casa Covadonga tuvo lugar ayer, con sol y calor como manda el calendario, y con toneladas de nostalgia. El tevergano Herminio González fue uno de los que asistió, por tercer año. Recuerda su estreno en la casa, con 7 años. "No sé si ya había hecho la primera comunión. A los niños nos mandaban en invierno y allí pasábamos tres meses. Las niñas tenían más suerte, porque iban en turnos de verano".

El tradicional encuentro está organizado por una langreana que vive en Pola de Gordón desde finales de los años sesenta. Carmen Cepedal llegó a la localidad cuando los niños asturianos ya llevaban casi dos décadas apareciendo por el horizonte el puerto para llenar de vida la Pola leonesa y minera. "Cada año que organizamos esto es una forma de dar las gracias a aquellos niños y a la iniciativa de traerlos", dice. Tras ella está la asociación Pro Gregorio Marañón "Casa Covadonga". El doctor Marañón, eminencia casi mítica, fue el primero en hablar de Pola de Gordón como "el pulmón de España". En La Pola se respira bien, es verdad, pero no solo por el clima sino por la acogida.

La Casa Covadonga servía de recreo pero también de escuela. Los niños tenían profesor y había que sacar adelante los estudios, que tres meses daban para mucho. Lo recordaban muchos de los que ayer se desplazaron a Gordón desde Oviedo, Gijón y Avilés, donde se había fletado un ALSA, o en vehículos particulares.

El guión es bien conocido. Concentración en el Ayuntamiento, misa de doce en la iglesia parroquial, que finaliza con la interpretación del himno español a la gaita y el tambor, comida por libre -aunque la organización pone bollo preñao y bebida- y, por medio, el homenaje a algunos de los que siendo niños y niñas -hoy adultos entrados en años- disfrutaron de las instalaciones de Pola de Gordón. Este año el honor correspondió a la ovetense Mari Carmen Hernández y la naveta Julia Suárez Estrada, y a los gijoneses Luis Antonio Suárez y Álvaro Domínguez-Gil.

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