En África y en México hay tribus que siempre van descalzas o, como mucho, con sandalias de ruedas de camión. Estas personas están acostumbradas a realizar todo tipo de actividades sin zapatos: andar, correr, bailar. "Sus pies son todo lo contrario de lo que vemos en las revistas y suelen tener aproximadamente un centímetro y medio de dureza, de callo", asegura la presidenta del Colegio Oficial de Podólogos de Asturias, Verónica Esteban. Hace cinco años surgió entre algunos deportistas la afición a correr descalzo, pero los expertos llaman la atención sobre las precauciones necesarias, porque nuestros pies no tienen las condiciones físicas de esas tribus que inspiran esta tendencia.
La onda expansiva de esta "moda" suele denominarse con un anglicismo propio: "barefoot running". "A nosotros nos calzan desde el minuto cero, incluso cuando no es necesario hacerlo porque no sabemos caminar. Si te pones a los cuarenta años a correr descalzo no es bueno porque es un cambio muy radical. Hay que adaptarse poco a poco, han salido calzados que facilitan este proceso", explica la presidenta de los podólogos asturianos.
Esta nueva tendencia de running genera mucha controversia: algunas personas aseguran que, cuando se va descalzo, el impacto es menor al apoyar con el talón; otras que el impacto es menos grave con el antepié. Verónica Esteban recuerda que son los podólogos los que tienen que "poner los puntos sobre las íes y decir lo que es bueno y lo que es malo para nuestros pies. Si quieres practicar 'barefoot', lo importante es adaptar a tu pie y tener cuidado con el terreno que pisas", asegura Verónica Esteban.
Para todos aquellos que deseen practicar "barefoot running", la podóloga advierte que tendrán que cuidarse el doble y aumentar la higiene y la hidratación de los pies. Para los "barefoot runners" y para los corredores en general, que suelen ser personas que con más durezas y callos en los pies, también lanza un consejo: "Como son de lo más antiestético, sobre todo para las mujeres, nos intentamos deshacer de ellas lo más rápido posible. Las limas electrónicas están muy de moda pero si las usamos nos saldran más durezas. Hay que acudir al podólogo para que las retire de forma no agresiva", asegura Verónica Esteban.
Caminar, menos radical
Otra tendencia naturalista, pero menos radical, es el "barefoot walking" o el caminar descalzo. Esta moda no es tan controvertida, pero sí que tiene sus beneficios, pero también sus inconvenientes. "Caminar descalzo es beneficioso, sobre todo para los niños, porque ayuda a dar forma a nuestro pie, que el arco sea más estable,pero esto no quiere decir que sea bueno caminar descalzo por todos los terrenos", asegura Verónica Esteban.
La doctora recomienda caminar por la arena de la playa o por el césped cuidado, siempre que se eviten zonas que nos puedan lesionar o en las que podamos coger infecciones. "Nuestro cerebro recibe mucha información de la planta del pie. Si estamos siempre encerrados en el zapato estas facultades se merman por eso sí que está bien, de vez en cuando, caminar descalzos", asegura la podóloga.
Ahora que se acerca el verano, nuestros pies están más expuestos que en ninguna otra época del año. La podóloga ofrece algunos consejos para cuidarlos, aunque no se practique ninguna de las variables de "barefoot".
Lo más importante, según la podóloga, es hidratarse los pies durante todo el año, y no solo en verano, para evitar sequedades y durezas. Tampoco hay que olvidarse de la crema solar. En cuanto a caminar descalzo, algo que se suele hacer más en estas fechas, Verónica Esteban advierte que hay que tener cuidado de por dónde se pisa. "Si caminamos por zonas húmedas o por donde ha pasado mucha gente podemos pillar hongos o papilomas. En estos casos, tenemos que secarnos los pies o caminar con chanclas o calcetines de neopreno", asegura la podóloga.
Con las uñas también hay que guardar cierta precaución. "En muchas ocasiones optamos por tapar la mancha con esmalte de uñas" y esto también puede ocasionarnos un problema: "Antes tenemos que verificar el origen de la mancha o de cualquier desperfecto. Si nos ponemos esmalte, al evitar que la uña dañada transpire, puede terminar siendo un problema grave", asegura Verónica Esteban.
De todas formas, la podóloga advierte que siempre hay que vigilar la calidad de los esmaltes que se utilizan: "Hay esmaltes libres de materiales que son prácticamente veneno para las uñas. No son más caros, solo hay que buscarlos más". Las lesiones deportivas durante el verano también son un problema muy común y que se puede solucionar calzándose correctamente. "Si durante el año vamos con tacón y en verano utilizamos zapato plano podemos desarrollar tendinitis".
Por último, Verónica Esteban recuerda que hay que ir al podólogo, al menos una vez al año y no solo cuando afloran los problemas.
