Diez flautas traveseras, una furgoneta vintage y una señal de Stop personalizada ponen el ritmo al verano ovetense. Los alumnos del curso de verano de la Escuela Internacional de Música de la Fundación Princesa de Asturias comenzaron ayer, en la plaza Daoíz y Velarde, los conciertos del ciclo "Música sobre ruedas", que busca acercar la clásica a las calles de Oviedo.

Cada día, hasta el próximo viernes 28 de julio, un grupo de alumnos saldrá a las calles de la capital para deleitar a los transeúntes con cuatro pequeñas piezas. Con una furgoneta vintage como transporte, se moverán por todo Oviedo para realizar estos conciertos. En la primera jornada los presentes pudieron escuchar piezas de los compositores Luigi Denza, Johann Sebastian Bach, Zequinha de Abreu y Scott Joplin.

Wéndela-Claire van Swol fue la encargada de dirigir a sus alumnos en este primer concierto. De origen holandés y profesora del Conservatorio Superior de Música "Rafael Orozco" de Córdoba, afirma que "dar un concierto en la calle es mucho más complicado que en un auditorio, hay que estar pendientes de las inclemencias del tiempo". La profesora hace especial hincapié en el mérito de los jóvenes flautistas: "Hemos hecho ensayos individuales y colectivos, para poder añadir arreglos y que pudieran tocar todos juntos".

Los alumnos, auténticos protagonistas de los conciertos, vienen de todas partes de España y se muestran encantados con esta iniciativa. Daniel Torres, de Jaén, cree que tocar en la calle "es una gran idea para acercar la música a la gente". Algo que corrobora su compañera María Gallego, quien asegura que "esta idea sirve para mostrar que la música está en todas partes, no solo en un teatro".

Algunos de los padres que pudieron acudir al concierto aseguran estar entusiasmados con este tipo de ideas. "La música requiere muchas horas de ensayo y es de agradecer que la gente se pare y valore su esfuerzo ", afirma Luis Santirso, padre de Cristina Santirso, una de las flautistas. Una opinión en la que coincide Beatriz Rodríguez, madre de otra de las músicas, Elena Álvarez: "es el tercer año que mi hija viene a estos cursos y la verdad que este tipo de ideas nos encantan". Rodríguez cuenta como un grupo de turistas franceses, al finalizar el concierto, ofrecieron dinero por la interpretación de los chicos. "Aunque en este caso no era ese el objetivo, es bonito que la gente se muestre tan agradecida que quiera pagar por escuchar a nuestros hijos", comenta.

Al finalizar el concierto, entre aplausos, Wéndela van Swol, se mostraba encantada con la interpretación de sus alumnos. "Han estado maravillosos", aseguraba entusiasmada la profesora, que también ha sido objeto de elogios. "Es un placer que nuestros hijos aprendan de grandes profesionales como Wéndela, en la música hay que ir aprendiendo de los mejores", sostiene Luis Santirso.

Los conciertos continúan hoy en la plaza Porlier, junto a la Catedral de Oviedo, donde actuará, a las doce del mediodía, un nuevo grupo de instrumentistas.