La música popular ha sido siempre un importante medio para conocer y transmitir historias y costumbres; es decir, ha funcionado siempre como un vehículo para difundir el acervo popular de generación en generación. La tradición oral ha viajado en el tiempo acompañada de la música, las palabras siempre han sido más fáciles de memorizar cuando van acompañadas de melodías, y la asociación de música y letra construye un combo tan fuerte que ha convertido a las canciones populares en un patrimonio indispensable para la conservación de lenguas que hoy se ven minorizadas. Por esta razón, no es extraño que en una edición del Festival Arcu Atlánticu dedicada a estas lenguas la música tenga un protagonismo especial.
El sábado, mientras el Tsunami Festival arrasaba en la Laboral, la Plaza Mayor tuvo su propio festival con tres grupos que acercaron a la ciudad la música tradicional y la lengua de Bretaña, Asturias y Galicia. Durante tres horas, la plaza se llenó de sonoridades del arco atlántico principalmente en forma de danza, lo que animó a muchos de los presentes a bailar durante las actuaciones. Empezaron los bretones "AN TRI Dipop", que poco a poco fueron cautivando al público con una reinterpretación de la tradición en clave de jazz. Guitarra acústica y contrabajo construyeron una base rítmico-armónica sólida para que la trompeta de Brian Ruellan y, especialmente, la magnífica voz de Anjela Lorho-Pasco pusieran la calidez a las melodías. Sonaron canciones en bretón y en francés de su álbum "Marie Luise" (2015), como "Pour toi mon amour", en un recital en el que reinó la calma y que invitaba a escuchar.
Ya era de noche cuando salieron al escenario "Herbamora". La trayectoria de este quinteto de pandereteres ha transcurrido por distintos caminos; desde que se formaron en 2003 han llevado el repertorio de la música tradicional a terrenos como el rock o el funk, siempre con respeto y conocimiento de la música que tienen entre manos. La compenetración y la versatilidad de sus voces les permite afrontar cualquier proyecto siempre con el rigor y la profesionalidad que caracteriza a esta formación. El sábado vinieron con Elías García al buzuki, Marga Lorences a la acordeón y Marcos García a la percusión para interpretar danzas y canciones asturianas; estrenaron un son d´arriba y no faltaron los clásicos de su repertorio.
El cierre fue para Xabi Díaz y "Adufeiras de Salitre", una formación de pandereteras en la misma línea que las anteriores. Con quince músicos sobre el escenario, cabía esperar un cambio de tercio en la noche hacia una mayor intensidad, pero la mesura se impuso y la noche continuó en calma con los temas de "The tambourine man" (2015), el disco que estos gallegos están presentando en directo. Empezaron con "Cantiga da montaña" y rápidamente conectaron con el público. Pasodobles, alalás y otros bailes, como el "Agarrado de Cervera de Pisuerga", conformaron el repertorio de la noche. Así se cerró una noche consagrada a las lenguas minorizadas que dejó patente el papel fundamental de la música popular en su conservación y difusión.
