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Al mal tiempo, buen Acuario

La lluvia, como la del primero de agosto, dispara las visitas al centro gijonés: hasta 1.600 pases en un día

Uno de los tanques del acuario. Marcos León

"Al mal tiempo, buena cara". Así resume la madrileña Raquel García la actitud de muchos de los veraneantes que salen con su paraguas en un día de agosto para aprovechar la jornada vacacional en Asturias. Los niños, arrastrados por sus padres, no dudan en ponerse el chubasquero y disfrutar de diferentes actividades cuando el sol no brilla en Gijón. Y ayer era el caso. Primer día de agosto y primera en la frente. Pero siempre hay opciones.

Y una de ellas, en Gijón, es acudir al Acuario. Uno de los sitios ideales donde cubrirse y, al mismo tiempo y paradójicamente, sumergirse en el agua. Los datos ratifican estas tendencias, pues según confirma Ainhoa Hevia, responsable comercial del Acuario, los visitantes se disparan en días como el de ayer, llegando a alcanzar cifras entre 1.600 y 1.800 entradas vendidas en una jornada de lluvia. El recinto concentra en 60 acuarios de muy distintos tamaños -en total dispone de 2.000 metros cúbicos de agua para los animales-, 5.000 ejemplares, que hacen de la visita algo diferente pues se trata del único acuario del Principado.

Peces del Mar Caribe, de la Costa Cantábrica o del Mar Rojo, entre otros, tienen acogida en el Acuario de Poniente, lo que facilita que el público pueda contemplar una gran variedad de especies, desde salmones a truchas, pasando por peces cofre o tiburones toro de casi tres metros de longitud. Desde la organización del centro destacan que se pueden recorrer todos estos mares en tan solo dos horas.

Los que lo visitan lo tienen claro: "El Acuario es muy buena opción para no mojarse en un día como éste", explica Carlos Díaz, gaditano, a punto de entrar a media mañana con su hija Inés al espacio expositivo. Para estos gaditanos, normalmente achicharrados de calor, el tiempo asturiano es un aliciente para viajar al Norte, sin embargo, bien es cierto que "los niños se aburren más un día de lluvia y sobre todo si se trata de chavales a los que les gusta salir a la calle".

Del mismo modo, hay más padres que consideran que el mal tiempo limita mucho las actividades y excursiones que se pueden hacer con los más pequeños en un día de vacaciones. Así lo explica la gijonesa Elia González: "A los niños les limita mucho la lluvia, sobre todo porque no se puede ir a la playa ni a la piscina, que es donde sin duda ellos más disfrutan". Por su parte, otras familias tienen claro que hay un amplio marco de quehaceres que poner en práctica un día de chubascos. "En casa jugamos a las cartas, hacemos manualidades, vemos una película o escribimos cuentos", comenta Raquel García.

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