Las calles de Arriondas ya estaban a rebosar antes de las 10.30 de la mañana, hora prevista para el desfile previo al pregón que marcaba la salida de las piraguas. Asturianos de todos los rincones del Principado, españoles venidos de otras provincias y extranjeros de distintas partes del globo ya paseaban por las calles de la localidad preparándose para uno de los días más importantes para Ribadesella.

Muestra de ese carácter internacional fue el desfile de carteles con los nombres de los países que participaban en el Descenso: hasta 23 nacionalidades fluyeron en piragua por el Sella.

Pero, los grandes protagonistas fueron -cómo no- el colectivo nacido de la imaginación de Dionisio de la Huerta para cuidar el río y la seguridad de los piragüistas: los Tritones de Piloña. Bailando, con su particular vestimenta, sus tridentes y entre cánticos atravesaban las calles aclamados por los espectadores. Hay quien incluso madrugó más de la cuenta para poder compartir vagón con ellos en el tren fluvial que salió a las 9.30 de la estación de Feve de Ribadesella: "Ir con ellos es una experiencia mucho más divertida y queríamos disfrutarla", contaba la carbayona Isabel Fernández.

Tanto tiran "Los Tritones" que Oscar Tendero vino desde Puebla (México) para poder llevar un tridente: "Soy asturiano y, aunque llevo dieciocho años fuera, nunca me pierdo esta fiesta". Oscar tendero iba acompañado acompañado de su mujer Gabriela Hernández Olivera y de sus dos hijos: "Quiero que conozcan lo que es esto y siempre les traigo", aseguraba Oscar.

A las 11.45 las calles quedaban casi en silencio, inquietas ya por la salida de las canoas, para escuchar la lectura de los versos de salida de las piragüas que este año pronució el piragüista español dos veces campeón olímpico y tres veces campeón del mundo, Saúl Craviotto.

El ilerdense comenzó nervioso, pero visiblemente emocionado de poder participar en una de las citas más relevantes del piragüismo asturiano y español, deseó suerte a los participantes y defendió la belleza del Descenso. "Como piragüista, dar el pregón es un sueño hecho realidad", confesaba Saúl. Minutos antes, ya reconocía a LA NUEVA ESPAÑA su nerviosismo: "Además, escucho el himno de Asturias y el corazón se me pone a mil revoluciones".

Para el Presidente de la Junta General del Principado de Asturias, Pedro Sanjurjo, no se pudo haber escogido a un pregonero mejor para este año: "Creo que lo ha hecho genial y que ha sido un acierto porque representa al piragüismo español". Sanjurjo también aseguró que esperaba poder sumarse el año que viene al descenso y que esta es una de las mejores fiestas de Asturias. Los más nostálgicos aún recordaban a Dionisio: "Nadie le supera. También hubo un poco de lío en la salida de las piraguas", aseguraba Toño Menédez, uno de los "reyes tritón".

Y es que las ganas de fiesta madrugaron para muchos: "Pincho y cerveza para desayunar y, hoy, hasta que el cuerpo aguante", contaba la piloñesa Úrsula Sariego, recién levantada, y dispuesta a disfrutar del día. Pero no solo estaban los madrugadores, también estaban los trasnochadores a los que no les importaba ni dormir, ni la lluvia: "Estuvimos de fiesta ayer por la noche y solo hemos dormido tres horas. Si no salimos los del pueblo, quién va a salir", decía Patricia Huerta, natural de Arriondas, mientras sujetaba un cartel que rezaba "Vivan les Arriondes". "Yo llevo 58 años viniendo, desde cuando se daba la salida con el cañón", contaba Pedro Arbusta sentado en el alféizar de un portal minutos antes del desfile. Cerca, un grupo de madrileños "intentaba" escanciar sidra: "En realidad vinimos solo para bajar el Sella y cuando llegamos nos enteramos de que era fiesta aquí. Hemos tenido mucha suerte porque esto es genial".