Al Xiringüelu se va a pasarlo bien. Con banderas de Asturias, botellas de sidra que se confunden con el verde de prao Salcedo, música y baile pero, sobre todo, con sidra y amor. Amor a la sidra, amor a la fiesta y amor entre romeros. Ayer, en Pravia, hubo por fortuna más sidra que agua. "Llevamos toda la semana rezando para que no llueva y ha servido", cuenta Juan Alpuente desde su caseta, llamada "Keep calm and trust in magic" -mantén la calma y confía en la magia-. Según él, el nombre viene porque "esta fiesta es mágica". Y puede que lo sea.

"Nos dimos el primer beso en esta fiesta el 6 de agosto de 2006", cuenta Adriana Álvarez junto al que es su marido desde hace un mes, Adrián Rodríguez. La pareja se conoció el año en el que Adrián inauguraba su caseta y no han faltado ningún año desde entonces. "Estamos predestinados, hasta nos llamamos casi igual. Yo quería casarme hoy porque también es día 6, pero mis amigos amenazaron con matarme", ríe Adriana. Ella llevó para la ocasión una taza para escanciar con una etiqueta que decía "primer xirin casada: Fiesta, charanga y sidra escanciada" y él una pegatina en la camiseta: "Metei picu al de al lao, que yo toy casao".

¿Será por la sidra?. "Yo conocí a mi novio en el Xirin. Me conquistó por el efecto de la bebida y aquí estamos, con boda el septiembre que viene", asegura Melanie Cabal. "Nosotros llevamos viniendo cuatro años y, no sé por qué, todos los años alguien se echa novio", asiente la luanquina Alicia Leal. Algunos, aunque no lo consiguen, lo intentan. Daniel Fernández puso en su caseta un cartel en el cambiaba un "culín" por un "besin" y asegura que el próximo año repetirá porque "está triunfando": "Ya vinieron cuatro pidiendo un beso y esperamos que vengan, al menos, otras cien". Pero la fiesta tradicional de la villa de Pravia no solo es la fiesta de "cupido"; en el "Xirin" cabe todo. Entre las 146 casetas que este año, se veían jóvenes, enamorados, ancianos y niños. "Es el primer año que vengo y el que viene quiero repetir", dice Nicolás Álvarez de tan solo nueve años. "Ya conocemos todo el mundo y ahora queremos conocer las fiestas de Asturias", añaden las sexagenarias Covadonga Cuetos y Elvira Suárez, que fueron solas a la fiesta.

Para algunos, sin duda, lo mejor es estar con los amigos: "Llevamos dieciocho años viniendo con nuestra caseta, pero nunca hemos ganado. No venimos para eso. Venimos a pasarlo bien", asegura Ángel López, posando ante un mural donde el grupo recopiló una foto de cada año. Los que ganaron fueron la peña El Castañazo, galardonada con el primer premio, "El cuervón"; El Llinialgo, que se hizo con el segundo, el "cuervo", y los Merucos sidreros, que obtuvieron el tercero, "el cuervín". De todas formas, en Salcedo el premio es la fiesta. "Si tienes una caseta terminas conociendo a todo el mundo y es lo mejor", apunta Lucía Pérez. Aunque será dificil conocer a todos, pues se calcula que en el prao se encontraron este año 32.000 personas.