"Es más una fiesta que una competición". Lo dijo ayer en Navia el nadador Raúl Santiago, un canario de Club Natación Metropole que participó por cuarta vez en el Descenso a Nado de la ría. "Lo mejor es el ambiente", añadió.

La capital del concejo celebró ayer mucho más que la prueba deportiva principal del LX Descenso Internacional a Nado. La villa se llenó de turistas y visitantes que quisieron disfrutar de todo lo que propone este consolidado programa festivo del occidente asturiano. "Es un encuentro muy emotivo; dejan a los nadadores participar en todo, no sólo en la competición y, desde luego, el desfile folclórico es muy vistoso. Está realmente bien organizado", señaló la nadadora del Club Natación Sant Andreu Judith Navarro.

En Navia ayer todo fue algarabía. Dicen las naviegas María Eugenia Pérez y Belén Suárez que para disfrutar como se merece de esta cita hay que conocer las tradiciones. "Este día abre las fiestas de Navia y para los que somos de aquí, es algo más que deporte", dijo la primera. La segunda destacó el carácter cultural de un encuentro que congrega a nadadores de distintas procedencias y edades. Muchos de ellos viajan con sus familias y amigos. Esto lo sabe bien Paula Pérez, naviega, quien colabora desde hace dos años con la organización de la cita deportiva. "Los nadadores están muy acompañados y eso nos dice muchas cosas, entre otras que este encuentro es para todas las edades y públicos". Paula Pérez participó en el desfile folclórico que cierra el día con sus sobrinos y vestida con el traje típico asturiano.

También disfrutaron del ambiente las avilesinas Vera González y Delia Lozano, componentes de un grupo de gaitas que desfiló junto a otros de baile y espectáculos diversos. La tía de una de ellas, María Panera, aseguró que la fiesta de Navia "es diferente".

El matrimonio naviego formado por Mari Luz López y Sabino Fernández no se pierden nunca la convocatoria. "La gente es fiel a esta fiesta porque tiene un poco de todo. Puedes elegir. Además, lo que somos de aquí nos encontramos con naviegos a los que vemos en todo el año", dijo la mujer.

Y si algunos triunfaron en el desfile folclórico del XL Descenso de la ría de Navia fueron los niños. Muchos llenaron las carrozas principales. Otros, acudieron con sus familias como espectadores. La niña Eva Fernández, de dos años, vistió por primera vez un traje de asturiana. "Es una forma de colaborar", dijo su padre, Luis Fernández. Poco después, sacó la cámara de fotos. Un recuerdo veraniego que no puede faltar en el álbum familiar.