La playa de San Lorenzo se ha convertido en un auténtico vivero de surfistas. El mejor criadero de alevines de las tablas. El ambiente ideal para la promoción de los aspectos deportivos y de negocio de una actividad que si bien lleva décadas demostrando su enganche y su poderío en el mar Cantábrico, ha explotado en la última década y aún no se le ve el horizonte de freno.

Sólo hay que darse un paseo por el Muro a primera hora de la mañana. Con más nubes o con menos, con más olas o con menos, muchos son los aficionados se lanzan bien pronto a la mar para cabalgar sobre la espuma en un verano en el que el deporte acuático es el mejor sustituto a los baños de sol que sólo han podido disfrutarse en contadas jornadas. Y la playa de San Lorenzo es el destino perfecto para las escuelas que acercan las nociones del surf a los novatos y para cualquier surfero dispuesto a aprovechar las horas libres para subirse a algunas olas.

"Yo vengo todos los años a San Lorenzo, al menos dos semanas, a hacer surf", indica Adrián Miranda, de 10 años, que se considera todo un veterano en este deporte. Aunque su actividad deportiva favorita sea el fútbol, este pequeño gijonés reconoce que surfear le resulta "muy divertido" y que el disfrute sobre las olas está asegurado, da igual a cuántos grados esté el ambiente. Además, resalta que lo más importante es "aprender y pasarlo bien con los compañeros", confirmando lo que ya es una realidad: que cada vez más el surf en Gijón es cosa de escuelas y cursillistas.

También es cosa de familias. Como lo demuestra José Antonio Carrero, que practica surf desde hace 7 años y es el responsable de haber trasladado su interés por el agua salada a sus hijos Andrés y Sergio. Lo más difícil para estos niños es "coger las olas, pero sobre todo hacer giros con la tabla", cuentan estos aprendices que, bajo la personalizada instrucción de su padre, llevan progresando con este deportelos últimos tres años. Carretero confirma que en Gijón nunca hay que dejar de ir bien pertrechado con el traje acuático: pues "el mar cambia dependiendo del día y del viento". Menos activos que Carretero se muestran muchos padres que, curiosos pero sin demasiado espíritu deportivo, no pueden resistirse a seguir desde la arena o desde el Muro las progresiones de sus hijos en el agua. Para María Yañez "el surf encaja perfectamente con el concepto de verano" aunque recalca que "estos últimos días se han hecho un poco pesados por el mal tiempo". Ya vendrán mejores.