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Un año más respirando recuerdos

Asturianos que de niños estuvieron en la Casa Covadonga de la Pola de Gordón se volvieron a reunir ayer para recordar aquellos años

Un año más la música asturiana volvió a sonar en La Pola de Gordón para recibir a quienes, desde hace ya dieciocho años, acuden a esta localidad leonesa para reencontrarse con su infancia, ya que pasaron algunos meses en la Casa Infantil Covadonga, lugar de recuerdo imborrable para muchos de ellos. Pepe Naredo, a la gaita, y Raúl Gutiérrez al tambor, ambos de Pola de Siero, les recibieron con una "alborada" bajo un cielo que amenazaba lluvia, la cual no tardó en llegar. Todos buscaban, para darle un abrazo, a Carmen Cepedal, organizadora de este acto entrañable, así como creadora en el año 2000 de la Asociación Pro Gregorio Marañón-Casa Infantil Covadonga, a la que pertenecen hoy cerca de 80 personas.

La Casa Infantil Covadonga, también llamada Preventorio y que antes fue también sanatorio, se creó para atender a los niños afectados con problemas respiratorios de Asturias. Así recuerda la propia Carmen que "tras la Guerra Civil había mucha tuberculosis y se enviaban aquí a los niños para prevenir su contagio de los mayores; eran entonces familias numerosas, de ahí que en principio fuera conocido como el Preventorio. También acudían niños y niñas con otros problemas respiratorios. El hecho de que se abriera en La Pola de Gordón fue porque el médico y pensador español Gregorio Marañón afirmó que por la calidad del aire, La Pola de Gordón se podía considerar el pulmón de España", recuerda Cepedal.

La Caja de Ahorros de Asturias y la Diputación Provincial pusieron en marcha este centro, que, con el paso de los años, amplió sus instalaciones y también recibió muchos otros niños que iban a pasar allí unos meses, unos por temas respiratorios y también otros que, sin estar afectados -como ayer ellos mismos recordaban en La Pola-, eran enviados a pasar un tiempo a modo de campamento con actividades de todo tipo, incluidas las escolares si el periodo era más largo. La Casa Infantil Covadonga, atendida por las monjas, se abrió en 1944 y hasta 1965 ambas entidades colaboraron en su mantenimiento. A partir de entonces corrió a cargo de la Caja de Ahorros de Asturias. El centro cerró definitivamente en la década de los ochenta. En la actualidad allí se encuentra un centro geriátrico.

Más de 20.000 niños y niñas acudieron a la Casa Covadonga a lo largo de cuarenta años forjando una historia que vio pasar, año tras año y frente a su casa y su local, una asturiana residente en La Pola de Gordón, Carmen Cepedal. Fue idea suya y de su hija Menchu, fallecida hace unos años, el ponerse en contacto con todos ellos y pedirles información, documentos e imágenes para crear un fondo documental amplísimo, como pudieron comprobar todos ayer en la exposición fotográfica. Ambas idearon llevar a cabo este encuentro anual y ha sido siempre Carmen Cepedal la organizadora de este evento con todo lo que conlleva. Gracias a ella, que lo realiza de forma personal sin ningún tipo de ayuda -como destacaban algunos de los presentes-, aquellos niños se reencuentran cada año en La Pola de Gordón. Normal que todos la quieran abrazar y agradecerle lo que está haciendo por mantener vivo este recuerdo.

Ayer de nuevo logró reunir a casi cien personas en La Pola de Gordón para una jornada de convivencia con mucha emoción y muchos recuerdos. Una misa compartida con los vecinos de esta localidad, así como una visita a la exposición, una entrega de placas a algunos de los socios, música de gaita y bollos preñaos fueron algunos de los actos de un día que se recordará hasta el encuentro del año próximo.

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