Se consume principalmente en verano y es casi obligatoria en cualquier fiesta de prado que se precie. Además el Principado ha lanzado una campaña para lograr que esta bebida tan nuestra sea considera Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, un sello de calidad que sería todo un lujo para la sidra asturiana, la única que se escancia. Y es precisamente el escanciado uno de los valores que impulsa esta candidatura y que diferencia a la sidra hecha en Asturias de otras, como es el caso de la vasca, que se consume sin escanciar.