Una de las cosas más interesantes del maratón de conciertos que se ofrece en el festival "Metrópoli" es la variedad de propuestas que se pueden escuchar en una semana. En relación con esto, el perfil de los asistentes que acuden al recinto cambia cada día, y el arranque de esta edición es buena muestra de ello, porque los seguidores de "Mando Diao" (viernes) poco tienen que ver con los de "Loquillo" (sábado), y los de "C. Tangana" guardan poca relación con cualquiera de los dos anteriores.

Era domingo, 11 de la noche, a priori mal momento para un directo, pero el recinto de Metrópoli estaba hasta la bandera. Resultaba difícil encontrar un hueco en la explanada frente al escenario principal, porque "C. Tangana" es ya un ídolo de masas y una de las caras visibles de un estilo musical que ha dejado el "underground" para convertirse en el sonido de los actuales adolescentes. La mayoría de los allí presentes no pasaba de los veinte años, y la energía y la entrega con la que recibieron al rapero madrileño demuestran que esto no es flor de un día ni una moda pasajera, sino una nueva escena en plena expansión y llamada a marcar una época, nos guste o no.

Musicalmente, lo que hace lo hace bien. Con las bases y las pistas lanzadas por un dj. desde el escenario, Tangana rapea con un micrófono que constantemente varía la ecualización y utiliza el AutoTune como recurso estético. Es parte de lo que define al trap, esa combinación de frases rapeadas con estructuras de música electrónica que resultan hipnóticas. Nada de estrofas y estribillos, en el trap las estructuras convencionales no funcionan, las melodías se retuercen con modificaciones de herzios y lo que mandan son los ritmos, los bajos y las letras. Estas últimas son parte de la polémica que rodea al género, porque su retórica lleva a lo más explícito el sexo, drogas y rock and roll. Nada nuevo bajo el sol en este sentido, pero sí una vuelta de tuerca y un lavado de cara a lo de siempre. La puesta en escena también contribuye al cariz misógino del estilo, Tangana contó en varias canciones con bailarinas de barra ligeras de ropa, mientras que el consumo de alcohol era casi de atrezzo, porque el madrileño apenas tocó la botella de whisky cuidadosamente colocada en el escenario.

Entre las canciones, no faltaron temas de todos sus trabajos, algunos suenan ya a himnos, como "Guerrera", "Llorando en la limo" y, por supuesto, su gran éxito hasta el momento, "Mala mujer". También hubo espacio para lo más reciente, el sencillo "Bien duro". Fue un concierto de una hora de reloj (bis incluido) y el público salió satisfecho con el espectáculo. Hay trap para rato, y directos como los de C. Tangana así lo atestiguan.