El verano asturiano vuelve a estar pasado por agua y llega por minutos. En los últimos días, la inestabilidad meteorológica, con horas de sol seguidas de largas tormentas, ha convertido las jornadas en una incertidumbre. El verano viene y va por minutos. En época estival asturianos y turistas que visitan el Principado se ven obligados a buscar alternativas a la playa, que ha pasado de llenazos absolutos a la imagen de la total desolación en apenas veinticuatro horas. "Los turistas que vienen aquí ya saben a lo que se exponen. Les pone un poco nerviosos la inestabilidad del tiempo, pero se acostumbran y no dejan de consumir", explica Jorge Pérez, empleado de un establecimiento de hostelería frente a la Playa de San Lorenzo en Gijón.

Estas impresiones se repiten en el resto de zonas de costa. La comarca avilesina también se ve azotada estos días por lluvias que no encuentran prácticamente remisión. "En nuestro caso no estamos notando el bajón, porque el público al que nos dirigimos es más bien empresarial. Sin embargo, la playa está totalmente vacía salvo por algunos paseantes y eso deben percibirlo los que tienen un modelo de negocio más parecido al del chiringuito tradicional", apuntan desde el Balneario de Salinas.

En la zona oriental, se aprecia una menor afluencia de personas que otros años, según comenta Vanessa Avín, trabajadora de un restaurante ubicado sobre la Playa de Palombina, en Celorio. "Por Llanes se ve menos gente que otros años a estas alturas. A pesar de esto nosotros hemos tenido el restaurante lleno estos días y para el fin de semana esperamos estar a tope. Es cierto que con este tiempo la gente no se anima a venir a la playa, pero eso no hace que dejen de pasarse por el establecimiento a comer", resalta Avín.

El sector de las agencias de viajes también es sensible a la meteorología. A la vista de las constantes lluvias, puede parecer que los asturianos estarán deseando salir corriendo del Principado en busca de unos rayos de sol. Esta impresión la confirma Mar Carballo, encargada de una agencia de viajes en Oviedo. "La frase más repetida esta semana es 'mándame a donde quieras, pero que haga bueno'; la mayoría no vienen con ningún destino específico, solo quieren escapar del mal tiempo", relata Carballo. La venta de viajes está siendo un éxito este año, pero según los trabajadores del sector, esto no se debe únicamente a la meteorología. "Este año se ha vendido mucho por anticipado, se nota que la economía está mejorando y en febrero ya se había contratado el mismo número de desplazamientos que en el total del año anterior. Por tanto, todo lo que está viniendo ahora ya supone un añadido", puntualiza Carballo, que considera que la lluvia sí a afectado a otros aspectos, como el modo de contratación. "Estos días casi no ha venido nadie físicamente a la oficina, lo hacen todo por teléfono", comenta.

Playa de Aguilar (Muros de Nalón)

Playa de Salinas (Castrillón)

Playa de San Lorenzo (Gijón)

Por su parte, los ciudadanos se ven obligados a buscar alternativas a la tumbona y el bronceador. Este es el caso de las avilesinas Maite Torres, su hermana Adriana, Carolina Guisasola y Lourdes Fernández, o la moscona Isolina González; que a pesar de ser amantes de la playa ven cómo la lluvia ha dado al traste con sus expectativas veraniegas. "El otro día estaba en Llanes y no pude resistirme a acercarme a la costa a pasear del mal tiempo. Me calcé las chanclas y llevando un paraguas fui de paseo por la senda de la costa que lleva hasta la playa de San Martín", recuerda González.

Otros como Maite Torres, optan por escapar del mal tiempo. "Cuando llueve nos montamos en el coche y vamos a León en busca de mejor tiempo, aunque allí solo haya piscinas. Cuando no es posible, intentamos llevar a los niños a lugares recreativos o salir a tomar algo y a cenar", cuenta Torres, que coincide en este último aspecto con Isolina González. "Si estoy en Oviedo hago la ruta de las cervezas o voy al cine", añade.

Al contrario que su hermana, Adriana Torres, que durante el año vive y trabaja en Lanzarote, no se corta ante las precipitaciones. "Hago la misma vida, aprovecho para ver a la familia y sigo saliendo por ahí aunque llueva, al final es algo que no tengo el resto del año", subraya.

Así transcurre el verano de los asturianos. Obligados a afrontar la realidad climática del Principado, siguen encontrando alternativas para disfrutar del descanso. Por su parte, los hosteleros, aún deseosos de que la lluvia escampe y salga el astro rey a llenar las terrazas, no se quejan de la afluencia de público.