L a segunda mitad de la década de los sesenta cambió la música por completo. Había bandas que lo habían revolucionado todo, se dejaban llevar por ácidos y otras sustancias y generaron lo que se denominó rock psicodélico. Uno de esos grupos era "Loovin' spoonful", algo así como una cucharada de amor. Eran de Nueva York y se fijaron más en los sonidos que procedían de las bandas de la llamada Invasión Británica como "The Beatles" o "The Kinks" aunque incorporaron a sus composiciones giros de folk rock americano. Toda una bomba musical. En 1966 apretaba el calor y les dio por componer un himno al estío. Lo llamaron "Summer in the city". Sobre esos días infernales de calor, se preguntaban por qué los días no pueden ser como esas noches estivales pacientes, picardiosas, sin prisa.... Fue tal el éxito de aquel tema que llegó a alcanzar el número 1 de las listas estadounidenses. La composición de los "Spoonful" crece paso a paso con un ritmo travieso que el bueno de Joe Cocker supo adaptar a su espectáculo con su particular voz. Y es que con ese verano en la ciudad, algunos añoramos esos baños en la playa tanto de día como de noche que obligan a dejar la mente en blanco, escapar de la rutina y disfrutar del veranín en todo su esplendor. Pero por ahora, no ha llegado ese momento. Seguiremos disfrutando de ese "Summer in the city" sobre el asfalto.
