El peso de la literatura sigue siendo el gran aliciente de la "Semana negra" gijonesa. Una apuesta que, pese a su fuerte atractivo, cuenta con otro gran aliado dentro del recinto para atraer miradas: las atracciones.

La clásica noria, acompañada de los puestos de feriantes y de comida rápida, así como de otros míticos como la casa del terror, son algunos de los alicientes más importantes para atraer al público más joven. La tarde del domingo permitió con su buen tiempo que un gran número de personas asistiese a la zona más recreativa y disfrutase de una tarde junto con amigos y familiares.

Los más pequeños, acompañados de sus padres y abuelos, campaban a sus anchas por las atracciones infantiles. Puestos donde los mayores se toman un "respiro" mientras ellos saltan y se divierten entre el agua o las colchonetas, pues tal como explicaba Gabriel Ruiz, que esperaba a su nieto, sirve para que "se puedan entretener bastante".

Unos se montaban dispuestos a disfrutar de la tarde, y otros, como Juan Abad, contemplaban uno de los puestos que más miradas acaparó de la tarde: el "Extazy". El atractivo, un habitáculo donde los asistentes dan vueltas de 360 grados en su asiento mientras la base vertical les mueve a gran velocidad. "Da la sensación de ser bastante fuerte", declaraba Abad sin dejar de observarla y sin atreverse a probar.

Pero el recorrido de atracciones no termina allí, puesto que la oferta con la que goza la "Semana negra" es muy diversa. Buena prueba de ello es el barco en el que, ayer, estaban a punto de montarse tres jóvenes. Un pequeño grupo que también mostró su predilección por el "Extazy", y donde Luis Rubiera tiró de sarcasmo para hablar del ya clásico "Ratón vacilón", asegurando que es "muy original". Una pequeña crítica a la que también se sumaron Andrea Martín y Lisa Chiagzoie, quienes echaban de menos atracciones que "en vez de tantas vueltas", consistan en "algo más de caídas", declaraban.

Unas pequeñas discrepancias que no fueron a más, ya que pese a esos mínimos cambios que incluirían, las sensaciones generales eran buenas. Y es que, para Claudia Lobo, la oferta "está bien así", señaló al salir del ya mencionado "Ratón vacilón".

Está claro que, pese a que siempre se quiere más, la sección de las atracciones, con la icónica noria que se ve a lo largo de la playa de Poniente y del Muelle y es uno de los grandes símbolos, sigue teniendo tirón. La tarde de domingo así lo reflejó: numerosas familias de la mano paseando, parejas jugando en los puestos, y cientos de jóvenes, y no tan jóvenes, que no dejaban de ir de un puesto a otro en busca de aumentar su adrenalina.

Gijón, que de por sí responde, demostró que si el buen tiempo acompaña, sale en masa a disfrutar de uno de los atractivos más importantes del verano asturiano: la ya mítica feria de la "Semana Negra".