Ambos argentinos, y ambos finalistas en la "Semana negra", Liliana Escliar y Nicolás Ferrero estuvieron ayer en la exhibición literaria hablando de sus novelas.

El libro de Ferrero, "Cruz", es una "novela de iniciación en la que se termina perdiendo el oficio de la violencia. Abreva del 'country noir' que está tan de moda en EEUU", cuenta el autor. Ambientada "en la triple frontera" de Argentina, la historia ha llevado a Ferrero a las puertas del Premio Hammett.

La historia de "El Lobo", casi con el Premio Silverio Cañada en las manos, muestra un personaje que "es malo de verdad, en el sentido casi puro", cuenta Escliar, fascinada por su personalidad: "Me interesa la arbitrariedad de la maldad. Te puede elegir y no sabes por qué". Leemos una noticia en un diario y pensamos 'menos mal que no soy yo', pero ¿y si sí? Esto fue mi motor, ¿y si te elige a ti?".

Ferrero, por su parte, no cree en este tipo de maldad suprema: "La gente tiene problemas, se pasa de rosca, pero no creo que sean malos. Existen muy pocas personas que tienen un cableado totalmente diferente en el cerebro, esa gente amoral. Según en qué momento de tu vida, vas a ser el bueno o el malo". El autor ve claros los beneficios de la lectura en este sentido: "Me gusta pensar que la literatura es el entrenamiento de la empatía", afirma.