A las 21.00 horas, el público congregado en el teatro La Laboral se encontró sobre la tarima a "Fleet Foxes". El grupo de Seattle saltó al escenario gijonés para presentar su último trabajo, "Crack-Up". Y lo hizo a un ritmo alegre, pero a la velocidad justa: sin pausa pero sin prisa ofrecieron su buen sonido con un escenario repleto de instrumentos.

Su característico pop eufónico y maximalista, construido con líneas de guitarra, teclados y voces, se impuso ante un auditorio que superó la media entrada. Empezaron con "Grown Ocean", y fueron enlazando temas sin parar creando un efecto hipnótico y una atmósfera capaz de atrapar al público que encontró en el juego de luces y humo un gran aliado. Así, llegaron más canciones: "Arroyo Seco", "Cassius", "Naiads", "Drops in the river"... "Fleet Foxes" no son amigos del diálogo constante con el público. Pero sí hubo comunicación: la música de este grupo habla por sí sola y quienes habían acudido sabían a lo que iban: canciones para escuchar de forma atenta, nada de bailes, ni balanceos, nada de palmas salvo para ovacionar entre canciones.