De todos y para todos. Así es el deporte y así se mostró ayer en las instalaciones del Grupo Cultura Covadonga. Alberto Álvarez y Jesús Torres demostraron a los más pequeños qué se puede hacer en una pista de tenis cuando a la raqueta y la pelota se le suma una silla de ruedas. La lección quedó clara: nada impide hacer deporte.

A las siete de la tarde, y como actividad incluida en el Torneo Social Liberbank -disputado desde el pasado día ocho y que se prolongará hasta el veintiuno de este mes-, se realizó un partido de dobles mixtos, con dos jugadores en silla de ruedas. Un choque igual que el resto donde la única diferencia es que en este tipo se permite que las personas con movilidad reducida puedan dejar botar dos veces la bola antes de devolverla.

Jesús Torres, de 44 años, y Alberto Álvarez, de 46 -los dos únicos representantes asturianos federados en el tenis en silla de ruedas- mostraron que éste es un deporte para todos. Junto a Rafael Rascón, director del torneo, y el entrenador de ambos, Gonzalo Pérez, realizaron un pequeño entrenamiento y disputaron varios puntos con los más pequeños que se encontraban allí.

Rueda "antivuelco"

El acto comenzó con una breve intervención de Alberto Álvarez, quien mostró algunas de las diferencias entre las sillas de ruedas que se ven en el día a día, y con las que practican este deporte. Destacó la importancia de la rueda "antivuelco", de pequeño tamaño e incluida en la parte central trasera para asegurar la estabilidad. Asimismo, explicó que, aunque desde fuera muchas personas no se den cuenta de ello, no es igual la capacidad de reacción para las personas con miembros amputados y quienes sufren una lesión medular.

Álvarez, presidente de la Federación Española de Deporte Adaptado, cuenta con una amplia experiencia en su modalidad. Campeón en la categoría de dobles en el año 2000, y con otros tres bronces a sus espaldas, tuvo que detener su actividad momentáneamente en 2014 tras una lesión, y ha regresado, aunque a menor intensidad. Por su parte, Jesús Torres sufrió una lesión medular hace dos años, lo que le hizo decantarse por el tenis, un ejercicio que practicaba anteriormente y que ya le ha llevado a federarse.

"La propia sociedad lo impide"

El acto sirvió para visibilizar que las barreras no son un obstáculo, y menos aún en este deporte. No así fuera de la cancha, donde Torres cree que en ocasiones "la propia sociedad lo impide", destacando la falta de medidas para acceder a edificios. Por su parte, Álvarez se mostró contento de que los más pequeños estuvieran presentes, y explicó que tal y como jugaron ayer, en "muchos torneos sociales mixtos jugamos juntos", aunque cada uno con sus respectivas reglas. Está claro que la sociedad tiene camino por recorrer para conseguir normalizar ciertas situaciones, pero actos como el vivido en el Grupo reflejan que el espíritu de muchos es inquebrantable para conseguir alcanzar su objetivo.