Divulgar las disciplinas

Es necesario un mayor conocimiento de los recursos al alcance de los montañeros, a través, por ejemplo, de la edición de guías. Máxime teniendo en cuenta que la federación nacional de montaña es la quinta por número de licencias.

Evitar daños por la masificación

Se deben desfocalizar los espacios habituales (como el Cares) potenciando otros desconocidos. La masificación de zonas vírgenes ha de equilibrarse con la protección del medio ambiente a través de una buena labor comunicativa.

Homologar su crecimiento

El número de montañeros crece, lo que hace necesaria su formación en materia de seguridad. Además, cada vez hay más carreras de montaña (9.700 en España, 80 en Asturias), que deben ser homologadas por expertos.

Valorar su impacto socioeconómico

"Cuando el pasado año celebramos una carrera de montaña en Covadonga, una quesera local facturó miles de euros sólo en compras de los participantes", aseguran desde la FEDME sobre unos beneficios que tienden a pasar desapercibidos.

A 1.215 metros de altitud, aislados por completo del mundanal ruido de la civilización en un antiguo albergue de caza, tiene lugar una reunión. Sin cobertura en los móviles, el pueblo más cercano dista diez kilómetros por un pedregoso y angosto camino con escarpadas caídas al que sólo se puede acceder en todoterreno. Quizás suene novelesco, pero la cita es real, ha tenido lugar en Asturias. Sus protagonistas: los adalides del montañismo español; su objetivo: trazar el futuro de la disciplina en el país.

El refugio de Brañagallones (Caso), sumergido en pleno parque natural de Redes, ha sido este año el escenario escogido por la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME) para celebrar su tradicional encuentro de presidentes de delegaciones autonómicas. Durante cuatro días, "debatimos asuntos referentes al montañismo, la escalada y la naturaleza, aprobamos los presupuestos generales o incluso seleccionamos a los deportistas nacionales que competirán en las Olimpiadas", explica Juan Rionda, líder de la delegación asturiana.

Más de una treintena de personas, entre las que estaban miembros de la junta directiva española, técnicos, representantes regionales y familiares se han dado cita en la majada casina desde el jueves hasta el día de hoy. Aparte de tratar asuntos administrativos, los montañeros también han tenido tiempo para "hacer salidas en las que conocer el entorno y disfrutar del sosiego que brinda el emplazamiento", dice el presidente de los alpinistas del Principado.

En el mediodía de ayer, los montañeros congregados en Caso pudieron disfrutar de una comida conjunta tras una ardua travesía por los alrededores. Ese momento de distensión, en torno al cordero a la estaca y la sidra, hermanó a las federaciones de todo el mapa.

Pero la ubicación del cónclave no fue casual: "Hace ya dos años que reformamos el refugio, pero tenemos que darlo a conocer, vender esta imagen de Asturias y las bellezas de una zona tan olvidada", sostiene Rionda, quien en la anterior reunión había conminado a sus compañeros a celebrarlo en este paraje. "El lugar es idóneo, como montañeros que somos, pero obviamente le falta publicidad y difusión. Cuando se piensa en Asturias, inevitablemente la cabeza se va a los Picos de Europa", asegura Antonio Turmo, director de senderismo de la FEDME presente en la reunión. Y es que ninguno de los asistentes reconocía saber de la existencia del lugar antes de acudir al evento.

El antiguo parador cinegético, ahora gestionado por la Federación Asturiana de Montaña es atendido por José Manuel Prado, un amante de la naturaleza que afirma sentirse "en la esencia de todas las cosas" al vivir en ese lugar. Aunque Prado aspira a que Brañagallones se convierta "en el referente de Redes por su carácter virgen y estratégico", sigue reclamando el apoyo de la administración regional, propietaria del inmueble, para acometer las reformas que considera "urge afrontar para su supervivencia".

El encuentro alpinista, que se ubicaba por primera vez en un refugio de montaña tras haberse celebrado en Tenerife el pasado año, "trata que los presidentes autonómicos traigan problemas y los discutamos para asentar el rumbo", relata Joan Garrigós, líder de la FEDME y alma máter de la cita. De Asturias, Garrigós dice que es una región muy activa en la disciplina que coordina, por estar vinculada históricamente al montañismo. "Ha experimentado un aumento considerable en el número de federados durante los últimos años", añade. A nivel nacional, el Presidente considera que "cada vez más gente va a la montaña, hace más deporte y no necesariamente en el gimnasio, sino que retorna al medio natural". Senderismo y las carreras de fondo son las actividades con demanda creciente, lo que hace necesario, estima, "una mejor homologación y una concienciación de seguridad entre sus participantes". Además, para Garrigós, "estos deportes no están lo suficientemente valorados desde el punto de vista turístico a pesar del gran impacto económico que suponen".

Tras cuatro jornadas de intensa actividad, los 30 expedicionarios regresan hoy a la civilización para, seguramente, divulgar las excelencias de Brañagallones.