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Guardianes de la playa

Los arenales de la comarca de Avilés tienen en los socorristas a sus salvavidas y los profesionales alertan de que modas como la de los flotadores gigantes son un peligro extra

Socorristas, en las playas de Santa María del Mar, Salinas, Xagó y Bayas. MARA VILLAMUZA

Cada verano, en cuanto un rayo de luz asoma, las playas de Castrillón, Soto del Barco y Gozón se llenan de vecinos y turistas con ganas de disfrutar del buen tiempo y un buen baño. Lo normal es que las jornadas de playa se desarrollen sin ningún tipo de incidente, pero por si algo sale mal, los socorristas acuden a la llamada, y es muchas veces gracias a ellos que se evitan desgracias mayores. Son los guardianes de las playas.

Son muchas los arenales que albergan estos tres concejos, pero cada una de ellas está cubierta los siete días a la semana por grupos de socorristas que atienden a los bañistas entre las 11.30 y las 19.30 horas ininterrumpidamente. "Comenzamos la jornada a las 11.30 y tenemos que comunicarnos con el puesto central, que es Salinas. A ellos les informamos el estado del mar, la bandera que ponemos... Colocamos las banderas de zona de baños, señalizaciones varias, y después empezamos con prevención, controlando que nadie se meta donde no se debe, y a las 19.30 terminamos. El objetivo es no tener que entrar al mar, claro" explicó Luis Granda, que cumple su segundo año como socorrista en Bayas junto con tres compañeros más.

Entre ellos, hay quienes llevan a sus espaldas bastantes años de experiencia, como por ejemplo Cristian Valle. "Este es mi quinto año. He pasado por Arnao, Salinas, Bahínas, Munielles. Bayas y Santa María este año". Mientras, otros se estrenan esta temporada, como Pelayo González, que trabaja en Xagó (Gozón) aunque anteriormente trabajó en piscina. "En la playa es más común que la gente se haga heridas con una piedra o algún trozo de madera o incluso el sol, mientras que en la piscina el riesgo es mucho menor" explicó.

Por suerte, los problemas más frecuentes a los que hacen frente en las playas de los tres concejos son leves. "Lo más común son heridas de gente que se cae entre las piedras o pisan algo, y sobretodo picaduras de avispa o pez escorpión" comentó Granda, algo con lo que coinciden gran parte de sus compañeros en otras playas. Este año, con la moda de los flotadores, se ha añadido un peligro extra a la hora del baño, lo que supone una precaución mayor por parte de los vigilantes. "Son bastante peligrosos. Si hace viento pueden volcar y ser un peligro. Hay que estar muy atentos e incluso en los días de viento y bandera amarilla deben quedarse fuera del agua" afirmó Pelayo González.

A los riesgos que de manera natural pueden darse en una playa, hay que sumar a veces las imprudencias de los bañistas pueden incrementar el peligro. "Nos gusta ponernos de acuerdo con los chicos de la escuela de surf, que siempre nos echan una mano, pero por ejemplo cuando hay bandera roja, entiendo que la gente tiene pocos días de vacaciones y quieran bañarse, pero un problema puede ocurrir en dos segundos" advirtió Álvaro Arístegui, socorrista en Los Quebrantos (Soto del Barco).

En algunas playas también tienen problemas concretos, como puede ser la zona apta para perros en Bayas. "Los bañistas nos dejan las cacas de los perros al lado de la señalización de la zona, y salen a menudo de su lugar asignado" explicó Pablo González.

Por fortuna, no han sido muchos los rescates que han tenido que realizar, pero todos acuden a la llamada de socorro con una idea clara. "Se pasa mal, más que nada por la otra persona. Tú sabes que al final vas a sacarlo pero no sabes cómo reaccionará; si intentará hundirte o tendrá un ataque de pánico. Puede ser algo angustioso pero cuando llegas y se tranquilizan todo sale rodado", afirmó Valle.

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