Pasada la "Semana negra", y a la espera de que dé comienzo la semana grande de la ciudad, los turistas que pasean por Gijón se encuentran con que el tiempo no les acompaña lo suficiente para tumbarse en la arena o disfrutar de las terrazas del centro de la ciudad. Una combinación que provoca que los visitantes busquen alternativas para pasar el día y olvidarse de las inclemencias meteorológicas.

Es el caso de la familia Rodríguez-Quevedo, unos vallisoletanos que se han encontrado con la lluvia y un cielo encapotado. Rebeca, la madre, tiene claro que, por ahora, su única solución es "jorobarnos"; mientras, Doroteo, su marido, señala que eligieron el destino "con mucho tiempo", por lo que no sabían con qué se iban a encontrar. El lugar seleccionado contrasta frontalmente con Cádiz, ciudad en la que suelen veranear, y que han cambiado por que "hacía mucho que no veníamos al norte", aclara. "Si lo sabemos no venimos", afirma Doroteo Rodríguez. Además, se lamenta en un banco de la playa de Poniente, un lugar que no han podido pisar mucho: "Un día nos hemos bañado", puntualiza Rodríguez. El plan alternativo, visitar Cudillero y Lastres, también está pendiente de lo que marque el cielo.

Alberto Martínez es un joven leonés que ha llegado a Gijón para visitar a Noelia Alfonso, una leonesa residente en Asturias. Visita "okupa", tal como ellos mismos señalan, mientras caminan destino al Talasoponiente para "hacer el circuito de aguas". Agua por iniciativa propia, al menos, y no por unos caprichos meteorológicos que obligan a abrir el paraguas. La cara de tristeza por la lluvia y el viento la comparten con los Rodríguez-Quevedo.

Contraste claro con los sevillanos López-Pérez, que pese a estar menos acostumbrados a la volatilidad del cielo, se muestran más optimistas. "Si hay playa pues playa, sino pues a otra cosa", insisten. Los planes no se les agotan, pues han visitado Covadonga y van a moverse para "ver Asturias". Ayer ya pudieron conocer lo rincones más destacados del acuario gijonés, del que salían, y el Museo del Ferrocarril, al que se dirigían. Y es que la premisa de los López-Pérez es clara, "nos adaptaremos al tiempo", señalan.

Las jóvenes santanderinas Silvia Ombría, María Albiñana, Paloma García y Cristina Fernández caminaban junto a la estatua del Rey Pelayo con Adrián González, su amigo ovetense que hacía de guía mostrándoles la ciudad. "Estamos de paso", señalaban, mientras reconocen haber estado ya en el acuario y que iban a visitar Cimadevilla, el parque de Isabel la Católica y las playas de San Lorenzo y Poniente. Este último destino de manera fugaz, puesto que "íbamos a ir a la playa, pero no". Decisión del cielo.

Está claro que las vacaciones son mejores con sol, pero la gracia de Gijón es que tiene alternativas para todos los gustos. Días como ayer lo demuestran, con el acuario como principal reclamo mientras la lluvia sacude las calles. Unas calles que, pese a todo, siguen contando con un notable número de visitantes que quieren descubrir Gijón, sea secos o pasados por agua.