El Xiringüelu nunca decepciona aunque las temperaturas sean muy altas, como está sucediendo hoy en el prao Salcedo en una de las celebraciones más emblemáticas del verano en Asturias. Y es que habiendo sidra y buen humor, la diversión está garantizada. Hoy, como viene sucediendo en los últimos años, Pravia ha disfrutado de una fiesta que engancha a todo el que la prueba. Desde Asturias hasta el lejano Oriente. Una edición que, además, ha destacado por atraer a más gente que nunca. Y es que está ha sido la edición más multitudinaria del Xiringüelu.

Una celebración que requiere de sus participantes algo de previsión y de prudencia. Seguir las recomendaciones para que las altas temperaturas no te jueguen una mala pasada y moderar el consumo de alcohol es el camino más adecuado para que la fiesta no acabe en un disgusto.

Decenas de miles de jóvenes, y no tan jóvenes, fueron llegando a un prao en el que las casetas llevaban ya varios días montadas. Muchos de ellos lo hicieron en autobuses organizados. Algunos de esos vehículos ya incluían la sidra y la comida. La mejor opción para olvidarse del coche y disfrutar con tranquilidad. Otra opción muy escogida para acercarse hasta el Xiringüelu ha sido la del tren.

El Xiringüelu más multitudinario sobrevive al calor

El Xiringüelu más multitudinario sobrevive al calor

La seguridad en una fiesta tan concurrida es fundamental y el Xiringüelu ha contado con un fuerte dispositivo para asegurarla. La Guardia Civil inspeccionó a primera hora varias de las casetas construidas por las peñas. Igualmente, los servicios sanitarios estuvieron alerta todo el rato y se estrenó un Punto Lila, algo que afortunadamente ya se está haciendo habitual en todas las fiestas para evitar agresiones o casos de acoso sexista.

Con todas las medidas de seguridad previstas, tocaba centrarse en lo festivo. Y no hay una buena fiesta sin imaginación y sentido del humor. La intendencia de los romeros estaba clara: la fiesta se dividía principalmente en dos zonas: la de las casetas, por donde pasan los romeros pidiendo un culín a las peñas; y la del escenario, donde la música a cargo de Dj Nack está siendo, un año más, el centro de atención.

Entre los peñistas, cada uno tenía su razón para celebrar. Los integrantes de la peña "Calle Cortada" explicaban que para ellos este Xiringüelu era especial: "En nuestro décimo aniversario queremos disfrutar de la fiesta, aunque haga demasiado calor".

Y para que unos se diviertan otros tienen que trabajar. Así ha estado sucediendo todo el día en el hospital de campaña instalado junto al prao. Un lugar muy frecuentado por gente que cogió con demasiadas ganas esta fiesta. Aun así, apenas hubo que lamentar en las primeras horas de la fiesta ningún incidente grave. "Lo que más se ve son cortes, golpes de calor, intoxicaciones etílicas y poli intoxicaciones (por drogas)", explicaban los trabajadores sanitarios.

El sonido del Xiringüelu corre a cargo de DJ Nack

El sonido del Xiringüelu corre a cargo de DJ Nack

Entra las peñas, hay algunas que quieren conservar la esencia de la fiesta. Una de ellas es "La Guardada", que apuesta porque continúe la tradición de las casetas y de una celebración arraigada en Pravia y en el concejo.

Los hay que tratan de llamar la atención combinando la tradición asturiana con cosas que en un principio parecen muy alejados. Ahí están de "Praos and Furious". Ellos también reivindican las casetas. En su opinión, la zona que ocupan los grupos llegados en autobús está demasiado masificada. Rebeca Cortés, Noelia Valdés, Sandra Torrecilla y Patricia Martinez, de Avilés, lo explican así: "Nos gusta la fiesta de las casetas por la gente, la sidra... En general, por el ambiente. Estar al otro lado (por el botellón) es un cocedero... Aquí es todo mucho más familiar, aquello es todo mucho más desfase...".

El ambiente fue creciendo conforme avanzaba la mañana y, según subía el número de romeros, también el sol pegaba con más fuerza. Las pistolas de agua se hicieron imprescindibles y algunos hasta preferían el regreso de las nubes que acompañaron a Asturias durante todo el mes de julio: "Somos de la Peña el Revolcón, llevamos desde el año 2000 aquí, preferiríamos que estuviera algo más nublado, el calor es sofocante", señalaban.

Pero el resumen de lo que es esta fiesta. Una combinación entre la tradición y un reclamo turístico inigualable, lo ha dejado uno de los participantes en la fiesta. Un asiático que no tenía nada que envidiar a un romero de toda la vida a la hora de escanciar sidra. Qué siga la fiesta.