"Sí, quiero". Una frase que se pronuncia en menos que se bebe un culín fue la enseña de esta edición del Xiringüelu. Dieron fe de ello Llara Menéndez y José Alonso, que profesaron amor eterno a la romería praviana y por el poder que esta confiere se convirtieron en marido y mujer en la coqueta caseta-capilla del Prao Salcedo. Y es que, a sus amigos, junto a los que forman la peña "Desidratados", se les ocurrió la idea de perfeccionar la tradición de bodas y parejas en la fiesta, aprovechando que ambos se casarán en próximas fechas.

Bajo un sol de justicia, con olor a prao y a sidra, y oficiada por unos curiosos cardenales, tuvo lugar la ceremonia. "Es algo emocionante para alguien como yo, que soy de Pravia, contraer matrimonio en nuestra fiesta grande", apuntó el novio.

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Las imágenes del Xiringüelu 2018

Y además, no fue una chapuza cualquiera, hubo incluso cura y monaguillo. Ataviado con una vestimenta propia del Papa Francisco, Marcos Rubio, ofició la ceremonia con la ayuda de Pablo Fernández, su acólito eclesial. Ambos fueron los cabecillas de la sorpresa de la que sus protagonistas nunca llegaron a sospechar.

"Ellos no sabían nada. La idea la teníamos pensada desde hace tiempo. Les hicimos la trampa contando que, como era nuestro décimo aniversario, íbamos a construir una caseta especial con forma de castillo, para no levantar sospechas, y los novios nos ayudaron a llevarlo a cabo sin tener ni idea de que iba a ser una iglesia. Fue a partir del jueves, cuando ellos ya no estaban delante, cuando le dimos los retoques necesarios para transformarlo en una capilla".

No fue la única boda que Marcos y Pablo oficiaron en el Xirin, "hicimos el recorrido por las peñas y tuvimos que casar a unas cuantas parejas", comentaban entre risas. Otra de ellas fue la formada por Ana Rodríguez y Óscar Rivero, de Soto del Barco y Piedras Blancas, respectivamente, que no sólo compartían el hecho de casarse en próximas fechas, sino que su peña, en este caso "L'argadiellu", cumplía también diez años.

El Xiringüelu más multitudinario sobrevive al calor

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Fruto de esta idea, los "Desidratados", sin h, como a ellos les gusta escribirlo, fueron elegidos cuervines -tercer mejor caseta-, sólo por detrás de "El Consulado de Siero" y "Los Merucus Sidrerus", cuervo y cuervón, respectivamente. Fueron los triunfadores de una nueva romería desbordante, además de sofocante, con más de 35.000 romeros en Salcedo.

Una fiesta tradicional "que está volviendo a ser lo que era con la separación de la zona de las casetas y la del DJ", como quiso recalcar Sara Fernández, de la peña "Garimba". Los culinos del Xirin se disfrutan, como buena fiesta tradicional, en familia. Algunos, como las albaceteñas Mari Llanos y Encarni Alfaro incluso se decidieron a visitar a su hermana Nuria, que vive en Pravia. Sin embargo, la familia no solo se forma por lazos sanguíneos y muchos prefieren vivir la fiesta acompañados de su "familia romera". Este es el caso de Alejandro Saralegui, de la peña "El Ahorcáu". Junto a ellos, en el 40 aniversario de su organización, descubre una de las esencias de la gran romería praviana: "Esta fiesta es un día al año, pero su consecuencia sirve para el resto del año. El Xiringüelu hace amigos para toda la vida, que acaban por convertirse en familia".

El sonido del Xiringüelu corre a cargo de DJ Nack

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