El prau Salcedo amaneció ayer cubierto por toneladas de basura tras el Xiringüelu más multitudinario hasta la fecha, con alrededor de 50.000 romeros. Más de 420 de ellos fueron atendidos por los servicios sanitarios, pero los organizadores consideran que la cifra entra dentro de lo normal habida cuenta de la multitud y las elevadas temperaturas. El Xirigüelu del pasado domingo batió todos los récords, superando en unos 20.000 la cifra de asistentes el año pasado. Para David Álvarez, alcalde de Pravia, "las cifras de atendidos son normales por la cantidad de asistentes", lo que también defienden en la Cofradía encargada de organizar la fiesta. La resaca del Xiringüelu durará tres días en Pravia: los que serán necesarios para volver a limpiar el prau Salcedo.

La Guardia Civil abrió más de setenta actas por infracciones administrativas y detuvo a tres personas. Una por atentado a un agente de la autoridad y las otras dos por tenencia de drogas. Cocaína, metanfetamina o pastillas de éxtasis fueron algunas de las incautaciones que se hicieron el domingo, pero la más sorprendente fue la intervención de un fusil de pesca submarina. La Benemérita encontró el arma en una de las casetas de la fiesta.

Los organizadores de una de las fiestas más multitudinarias de Asturias hacen un balance positivo. "Esta fiesta pone a Pravia en el mapa. Podemos comparar el Xiringüelu con grandes festivales nacionales, como el de Benicàssim", asegura Higinio Iglesias, encargado de la comunicación de la cofradía.

Los pravianos también ven la fiesta con buenos ojos y alaban la organización de este año. "Hubo controles de drogas en todas las casetas por la mañana y por la tarde había un dispositivo de seguridad muy amplio", afirma Andrés Arango, miembro de la peña "La garimba". El componente de la peña, que lleva 22 años haciendo casetas junto a sus compañeros para el Xiringüelu, también elogió la iniciativa de recogida de botellas durante el festejo: "Otros años se acumulaba más vidrio y había más peligro de cortarse. Esta vez retiraron muchas, aunque algo siempre queda".

Los hosteleros también se vieron beneficiados por la gran afluencia de visitantes que hubo estos días por la villa. "Tenía que haber uno de estos cada mes", señala Eugenia Asla, dueña de un bar de la localidad.

En cuanto a la polémica por las peleas y los incidentes que acabaron con algunos romeros en los puestos de socorro, Fernando Vega, vecino de Pravia, dice: "En los cuatro o cinco horas que estuve en el prau no vi nada raro, solo gente pasándoselo bien".

Ahora solo queda recoger la basura que se acumula a montones en el prau Salcedo. "En tres días aseguramos la absoluta limpieza de la zona", afirma Higinio Iglesias. De momento, muchos "busca-tesoros" ya han ayudado retirando los postes de las casetas, para leña; las bañeras, para el ganado; o las botellas, para hacer sidra.