Saborear unas fabes con compango, requemar un arroz con leche y escanciar un culín de sidra. Esos pequeños placeres de la vida de los que todo buen asturiano disfruta en su tierra son los que el stand de Oviedo de la Feria de Muestras pone a disposición del público en una actividad de realidad virtual.

Los participantes entran en una estancia en la que les esperan un pequeño taburete, una mesa iluminada por un gran foco cenital, unas gafas de realidad virtual y dos mandos. Sorprendidos, buscan en el resto del cuarto, de apenas tres metros de ancho y de largo, algo que les anticipe el mundo en el que se van a adentrar. Pero el secreto está en el aire aunque ellos aún no puedan verlo. Ya sentados y con las gafas bien adaptadas a la cabeza para que la experiencia sea grata, una vocecilla les explica cómo sujetar los mandos y la manera en la que van a poder "coger" objetos que solo ellos ven, pues desde fuera el participante no deja de hacer movimientos incomprensibles.

Comienza la experiencia. Aquella "voz de la sabiduría" cuenta al jugador un breve relato sobre les fabes y cómo ese delicioso manjar llega diariamente a tantas y tantas mesas asturianas. A través de las gafas, el participante ve, en 3D y tan solo a unos centímetros de sus ojos, una cazuela con unas más que apetecibles legumbres. La experiencia consiste en utilizar los cubiertos que encuentra a su derecha para llenar su plato. Una vez terminado el emplatado, la siguiente misión consiste en requemar el arroz con leche. Después es el turno de la sidra, lo que más sorprende al público. El jugador se levanta de la silla y, con los dos mandos, disfruta del trabajo del escanciador más gratificante: el que no moja.

La experiencia, que sus creadores han bautizado "El camino de la gastronomía", habla de la "tradición gastronómica, de los platos fundamentales asturianos desde un punto de vista moderno y actual, con una realidad un poco diferente y sintiendo las sensaciones desde la recogida de la faba; sentirla como parte nuestra", explica Toni Cobertera, diseñador del stand de la capital asturiana.

La empresa Artline y el gastrónomo Juanjo Cima llevan trabajando en esta fascinante actividad desde enero: "Poco a poco queremos incorporar más cosas a la experiencia", explica Cima. Quién sabe si el año que viene la realidad virtual incluirá olores en el menú o, quizá, una degustación.