Con el fado llegó la calma. La tormenta que aguó el miércoles el reencuentro con el público gijonés al grupo Sidonie, invitados al primer concierto gratuito de la Semana Grande en la plaza Mayor, se tornó ayer en una noche plácida para escuchar a António Zambujo, quien muchos años acompañó a la reconocida fadista lusa Amália Rodrigues y que ahora tiene carrera en solitario que le está llevando a buenos escenarios del mundo. Zambujo ocupó el escenario acompañado de guitarra portuguesa, clarinete, bajo, contrabajo, batería y trompeta. Un mix de instrumentos que usó en combinaciones poco habituales en el fado y sorprendieron gratamente a muchos. "Vinimos de Portugal para tocar para vosotros y espero que os guste". Con esa frase de arranque el músico invitó al público a disfrutar de una propuesta sumamente agradable que discurrió entre el fado, el cante alentejano, la balada con arreglos de jazz y las sorpresas. Como un tema al mejor estilo de la danza sirtaki griega, o las populares aportaciones como "Noche de ronda" o "Cielito lindo" que usó para animar al público a cantar. Zambujo recordó un paso por Gijón hace una década "para cantar en un local muy pequeñito" y se ganó esta vez el reconocimiento de un aforo mucho más grande.