La Quinta Guadalupe luce guapa, aseada y cuidada. El edificio que levantó el indiano Noriega conserva prestancia con su fachada de tonos azules que recuerdan al mar cercano. Ayer, ese pequeño paraíso de árboles tropicales y toneladas de recuerdos fue el escenario del I Encuentro Hispano Americano. En la trastienda de su organización, un portento de la naturaleza llamado Antonio Suárez, asturiano y mexicano, emigrante y empresario de éxito. Y presidente de la Asociación Amigos del Archivo de Indianos.

A Suárez le sobra poder de convocatoria, y solo así se explica que en Colombres se hubieran reunido unos 160 invitados, presididos por la embajadora de México en España, Roberta Lajous Vargas, que también lo es del Principado de Andorra.

Se trataba de recaudar dinero para el mantenimiento del Archivo de Indianos y así lo dejó clarito el maestro de ceremonias, el periodista gijonés Pachi Poncela: "Hoy no pueden ustedes marchar con perres para casa. Sean grandones, no se corten". Que una institución como el Archivo de Indianos requiera de la iniciativa privada y festiva para mantenerse a flote es un asunto que da para unos cuantos comentarios, pero es lo que hay.

Y lo que hay, por fortuna, es un emprendedor capaz de movilizar a incondicionales a uno y otro lado del Atlántico. Y un equipo en el Archivo, comandado por Santiago Romero, que pone de su parte. Y un museo que emociona. Pasan por él unos 17.000 visitantes al año, y eso que el concejo de Ribadedeva -ayer no faltó su alcalde- es periférico y alejado de los circuitos culturales.

El Encuentro Hispano Americano tuvo música de gaita y mariachis. Del "Asturias, patria querida" al "Si Adelita se fuera con otro". En ambos casos se habla de amores. El gerente del Archivo de Indianos, Santiago Romero, explicaba a dos periodistas mexicanas que "los espacios culturales necesitan apoyo y compromiso. Perseverar es la virtud complementaria a fundar. Y Antonio Suárez, feliz entre los invitados, manifestaba su esperanza de que actos como el de ayer "sirvan para que muchas personas vayan queriendo al Archivo de Indianos" y todo lo que en él se contiene.

Es museo, es archivo, es lugar de investigación sobre el fenómeno migratorio asturiano. México fue protagonista de la jornada, pero Suárez anunció que el Encuentro Hispano Americano nace con vocación de continuidad. "Hoy tenemos comida mexicana, pero en años posteriores la habrá argentina o colombiana".

Muchas caras conocidas. El empresario Juan Antonio Pérez Simón no faltó a la cita. Tampoco dos expresidentes del Principado, Vicente Álvarez Areces y Antonio Trevín. La Universidad estuvo representada por el rector Santiago García Granda, por el exrector Juan Vázquez, y por el vicerrector Francisco José Borge. Estaba Paz Fernández Felgueroso, presidenta del Consejo de Comunidades Asturianas, la directora de la Fundación Princesa de Asturias, Teresa Sanjurjo, y los tres presidentes de las cámaras de comercio de Oviedo, Gijón y Avilés. Y una nutrida representación de los Amigos del Archivo de Indianos.

Se vendieron y rifaron piezas de artesanía mexicana. La joya de la corona, una vasija de plata valorada en unos tres mil euros. Como había confianza, Antonio Suárez, criado en Sobrescobio y con sentido del humor muy astur, explicó las cosas a las claras. "Dicen en México que el tequila vuelve a los tímidos en oradores y a los avaros en personas espléndidas. Así que os animo a beber tequila".

Y ya más en serio: "El Archivo de Indianos y la Asociación de Amigos del Archivo es la obra de mucha gente, y queremos ampliar esa obra. Queremos dar un impulso y que, quienes tenéis ganas de ayudar, sin presión, lo podáis hacer".

Hay que apelar al sentimiento. "Este es un museo maravilloso que guarda muchas cosas y muy importantes". Guarda, entre otras, el recuerdo "de tantas y tantas madres asturianas que despidieron a sus hijos pensando que quizá no volverían a verlos".

Por ellas y para ellas merece la pena el esfuerzo.