El himno de Asturias suena mejor si se canta en Covadonga. Lo dicen las personas que ayer tuvieron el privilegio de escuchar cómo el australiano Oskar Proy, conocido por su aparición en el concurso musical "La Voz" de su país, entonaba el tema a los pies de la Santina, en su cueva. Aunque el abad de Covadonga, Adolfo Mariño, indicó la conveniencia de no aplaudir por encontrarse en un lugar de culto, el público no pudo evitar batir las palmas en señal de agrado. Proy, que estuvo acompañado por su padre Edgar y por el alcalde de Cangas de Onís, José Manuel González, tuvo tiempo de visitar el Museo de Covadonga, donde se interesó por la colección de cuadros sobre la monarquía asturiana cedida por la pinacoteca del Prado. El cantante australiano visitó además los Lagos de Covadonga, donde tras ver en Enol y La Ercina degustó platos típicos como la fabada y el cachopo en el corazón de los Picos de Europa. Además hizo una colaboración musical con la banda local "Avalle Van" en la plaza Camila Beceña, junto al Ayuntamiento cangués. La previsión es la de que esta tarde visite la residencia de mayores de Cangas de Onís antes de volver de vuelta el lunes a su país.

Durante su estancia en Asturias, el joven de 18 años tuvo tiempo de visitar la casa que su abuela asturiana posee en Margolles. El australiano comenzó a cantar canciones típicas asturianas para ejercitar la memoria de la mujer, que desde hace unos años sufre demencia. Su historia y su música han dado la vuelta al mundo.